Capítulo 17

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Ruth 

Me remuevo en la silla incómoda. No sé si es el sitio, la silla o que no puedo permitirme nada de lo que pueda salir de esa cocina o que de lo que hay disponible no me gusta absolutamente nada.

Encima no me hace falta ver la carta, es visible con solo echar una mirada al local. A diferencia de mí, Emily parece muy tranquila revisando la carta página por página, algo que Lucius le imita. Incómoda sin saber ya a donde mirar, decido levantarme de la mesa con las manos sudorosas.

—Creo que necesito tomar aire, ahora vuelvo.

Sin esperar la respuesta por parte de ninguno de los demás presente en la mesa huyo dejando mis partencias allí. 

Ya en la calle el viento golpea mi cara haciendo que vuelva a sentir aire dentro de mis pulmones, aunque no hace que la mirada de los otros viandantes deje de pesar cuando levanto la cabeza.

En búsqueda de mi tranquilidad, decido alejarme de las masas de personas huyendo al callejón más cercano que se encuentra a la izquierda del restaurante.

Cuando creo que ya estoy lo suficientemente lejos de la gente, busco algo en mis bolsillos con bastante esperanza y parece que tengo suerte. Con felicidad saco un cigarrillo y un mechero de mi bolsillo a la espera de ser usados.

Cuando suelo estar agobiada suelo tirar de otras cosas pero parece que esto es lo que últimamente tengo más a mano y voy a aprovechar que mi padre no está cerca para poder fumármelo con tranquilidad.

Doy una calada al cigarrillo mientras examino el callejón, nada especial la verdad, a parte de estar hecho mierda claro y con algunas cajas varias que me dan algo de intimidad entre la puerta del restaurante y yo.

De repente, una puerta que da al restaurante se abre muy fuerte cerca de mí haciendo que me asuste. Sin pensarlo escondo detrás del palé de caja que tengo a mano algo asustada. 

Creo que es hora de marcharse.

Tiro el cigarro al suelo y lo piso mientras pienso como alejarme lentamente sin hacer ruido. Desde donde estoy no puedo ver a quien a abierto la puerta tan fuerte pero no me pienso quedar a descubrirlo. Trago saliva y decido comenzar a alejarme despacio.

—Menuda mierda de trabajo, menudo jefe de mierda y menuda mierda de todo.

Me freno en seco, esa voz...

 Vuelvo a oír un golpe seco y me giro para volver sobre mis paso. No puede ser.

—Esto si que no me lo esperaba—Digo con gran emoción.

El moreno de metro ochenta y siete se gira para mirarme directamente a la cara. Ha pasado de su característico color de piel marrón chocolate a casi pálido cuando ha visto quién le hablaba.

—¿Qué haces aquí? Tú no puedes pagarte este tipo de restaurante— Cuestiona señalando el mismo.

Au, eso dolió.

—Estoy aquí con Emily y Lucius, no les bastaba almorzar una hamburguesa de un euro del McDonald's.

Marcos ríe ligeramente y le miro mal.

—Y tú, ¿Qué haces aquí ?—Cuestiono curiosa dándole una calada al cigarro.

La sonrisa desaparece de la cara de Marcos. Mira a la puerta por la que hace nada salió. Está cerrada y parece que duda. Finalmente se coloca un paño rojo que llevaba en la mano al hombro y se apoya en la pared que hay frente a mí.

—Aunque te sorprenda, odio usar las influencias de mi padre y estoy aquí realmente para aprender, no por dinero — Comienza a explicar. —Quiero...ser chef Ruth y aunque podría  formarme en alguna escuela muy tocha también quiero aprender más allá de eso, vivir una experiencia más real pero sobre todo — Hace una pequeña pausa. — Quiero acceder a esas escuelas grande por méritos propios y si quiero acceder debo prepara esos exámenes de acceso de alguna forma.

He permanecido callada todo el tiempo, me ha dejado sin palabras. 

Le miro sorprendida. Aunque Marcos y yo nos llevamos medianamente mal, más allá de eso, Marcos es un buen chico aunque no quita que sigue siendo un capullo. Hay muchos otros que me caen muchísimo peor y por razones peores debo decir.

—Debo volver pero...— Traga saliva—Por favor, no digas nada a nadie ¿Sí?— Finaliza haciendo un gesto con las manos de súplica.

Le veo desaparecer por la puerta que apareció y decido que también es mi momento de volver. Inspiro profundamente a lo largo del camino. Creo que por primera vez Marcos tiene todos mis respetos.


***


En ese mismo momento, no muy lejos de allí...

Emily

Yo y mi compañero de mesa miramos a todos lados sin punto fijo. No sé porque de repente es todo tan incómodo con Lucius, al menos para mí. 

—Buenas tardes, bienvenidos a Juliu's  ¿Qué desean para beber?— Pregunta amablemente un camarero que acaba de llegar a nuestra mesa.

—Agua sin gas, por favor.

—Dos Coca Colas por favor.

El joven camarero mira un poco extrañado a Lucius pero no hace ningún comentario al respecto.

—¿Ya saben que desean comer?

— Para mi un plato de pasta a la carbonara — Contesta Ruth sentándose nuevamente.

Aunque no pueda ser palpable en mi rostro, la verdad es que me alegro demasiado de que haya vuelto.

—Que sean 2 — Contesta el otro rubio en la mesa.

—Para mi una hamburguesa poco hecha con solo una loncha de bacon, poca lechuga, sin cebolla y con dos rodajas de tomate en vez de una por favor— Pido.

La verdad es que me estoy saliendo bastante de mi zona de confort al hacer ese pedido para almorzar, aunque hay sido algo escrupulosa con los ingredientes, pero la verdad creo que lo necesito.

—Entendido, en seguida estarán listos sus pedidos —Nos comunica el camarero mientras retira las cartas de la mesa.

Aunque resulte raro de escuchar, tras fijarme en Ruth apenas dos minutos puedo percibir algo diferente en ella pero no sabría decir exactamente que es.

¿La mirada?

—¿Ha pasado algo? — Cuestiono rompiendo el silencio instalado en la mesa desde la marcha del camarero.

Ruth niega con la cabeza de forma tajante y decido dejar a un lado el tema. Tras un rato que a mi se me hace eterno empiezan a llegar nuestros platos. La verdad es que eso hace que deje de pensar por un tiempo en las miles de cosas que tengo en la cabeza.

Como la cita de esta tarde por ejemplo. Dentro de mi estoy temblando.

Miro el reloj y me percato de que casi son las 16:00 y concluyo que no tendré tiempo para pasar por casa a cambiarme o asearme antes de la consulta así que decido olvidarme por un momento del tema.

La verdad es que ya estoy demasiado nerviosa por el tema, aunque es difícil dejarlo ir teniendo en cuenta el gran salto al vacío que estoy apunto de dar. Respiro hondo mientras sigo saboreando mi  hamburguesa.

Después de algún tiempo, creo que vuelvo a sentir miedo real y no me gusta.

No me gusta nada.

¿De verdad voy a ir?



El Ladrón | ÉL (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora