Lucius
No sé si es que es instinto femenino o que simplemente me he puesto a revisar todos los baños del colegios como un idiota pero he terminado encontrándola.
—¿Emily?—Pregunto sin obtener respuesta.
Cuando estoy apunto de cerrar la puerta del último baño de mujeres del instituto oigo unos sollozos.
Premio.
Me vuelvo a meter dentro del baño y cierro la puerta tras de mí. Guiado por los sollozos que se pueden oír en el baño, camino hasta el último cubículo y me paro frente a él.
Me agachó mientras saco un pañuelo de mi bolsillo y lo paso por debajo de la puerta del baño.
-No sé lo que hizo exactamente Mike, si sé que es un capullo integral pero en su defensa diré que al final del día tiene buen corazón ¿sabes?
Al no recibir respuesta asumo que esto va a ser un monólogo.
-No puedo decirte que te olvides de aquello que te hizo o el mal trago que hizo pasar-Continúo sentandome finalmente en el suelo.-Pero aunque sigue siendo un gran capullo, algo ha cambiado desde hace unos años para acá.
-Em, no nos conocemos de nada pero no soy tan capullo, si te hace algo dilo al resto y le pegamos ¿Va?
-No me llames Em, no me gusta-Responde entre sollozos.
Me río levemente por el contexto de esta situación y por la alegría de que me haya respondido.
-Esta bien, ¿Sí no te vuelvo a llamar así sales?-Pregunto mirando esperanzado mirando a la puerta del baño.
Pero, cada segundo que pasa la esperanza se va desvaneciendo al ver que no abre la puerta.
Cuando me voy a dar por vencido y a irme la puerta del pequeño baño se abre lentamente mostrándome a una indefensa chica con la cara roja de llorar. Tiene el pelo desordenado algo que me produce en cierto modo ternura.
ㅡNecesito un abrazo ¿sabes?
Me río ligeramente ganándome una mala cara por su parte pero lo hago. Su cabeza queda justo debajo de mi barbilla y eso me hace todavía más gracia, esta chiquita.
Y aunque todo parecía ir bien, un golpe seco de la puerta principal del baño nos sobresalta a los dos.
Nos separamos por impulso y cuando miro hacia allá encuentro a un profesor de literatura muy enfadado mirándonos con cara de pocos amigos.
• 📚 •
-Que os quede bien claro que esto es inaceptable, a vuestras edad y ya con esos acercamientos, Malditos jóvenes desvergonzados—Nos grita la directora en modo de reprimenda.
Un silencio sepulcral se instala en el despacho. Dos pares de ojos nos observan, uno de ellos con bastante severidad, el otro con...¿Diversión?
Pero ¿Será posible?
—Salga de aquí profesor Green, me encargaré de esto yo muy severamente.
Con una sonrisa de oreja a oreja, el profesor de literatura procede a salir del despacho de la directora y una mirada burlona. Si hasta le brilla y todo.
Cuando finalmente cierra la puerta tras de sí, se instala un silencio sepulcral en la sala que Emily decide romper.
—Antes de que diga nada, todo esto ha sido...—Dijo antes de ser cortada por la autoritaria voz de la directora.
—Silencio—Sentenció firmemente.—Hay que tener los cojones bien grandes para hacer eso cuando alguien como el profesor Green rondando por ahí en busca de su presa, alguien a quien joderle el día—Dice divertida mientras se sienta en su cómoda silla de cuero negro.
—¿No nos va a echar la bronca?—Pregunto extrañado.
La directora McAdams niega rotundamente.
ㅡDebo poneros algún castigo eso si, si no Green seguirá sin tomarme enserio, no será nada grave tranquilos—Afirmó haciendo que ambos soltaramos el aire que conteniamos sin saberlo.
Ambos son miramos a los ojos y sonreímos por impulso, algo que creo que inquietó ya que no tardó mucho en hacer desaparece la sonrisa de su pálido rostro.
ㅡId a la conserjería nada más sonar el timbre de última hora, allí os dirán que hacer—Sentenció la joven directora.
Y sinceramente, que buena estaba.
Sin añadir nada más, nos indicó que nos fuéramos de vuelta a clases pues el timbre había sonado have un buen rato.
Cuando por fin estuvimos fuera del despacho de la directora, a solas sentí que el viento volvía a mi.
Emily seguía teniendo expresión de preocupación pero no sabía por qué y no me atrevía a preguntarle sinceramente.
ㅡAdi...ㅡUna despedida que nunca pudo ser terminado.
Pues cuando procedí a hablar, ella ya se dirigía a su aula, así que la imité. Como no íbamos a la misma clase tocaría esperar para volver a verla y de algún modo eso me ponía triste.
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El Ladrón | ÉL (Pausada)
Teenfikce¿En quién te apoyas cuando nadie quiere ser tu soporte? Pasé de tenerlo todo a no tenerlo nada por una jugarreta de mi mente pero al final del día en mis manos quedó lo más importante que tengo, mi corazón. Yo podía decidir quién entraba y quién no...