Capítulo 10.

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Alice.

El carruaje que proviene de Innsmouth aparece frente a nosotros, el alto hombre rubio baja de el con su porte firme y seguro luciendo una camisa blanca, pantalón negro y una capa. Tiene el mismo estilo de cuando visitamos ese lugar.

—Bienvenido, Miles.—dice mi padre extendiendo su mano para saludarlo.

—Gracias, Eddark.—corresponde al saludo.

Se posa frente a mi con ojos coquetos.

—Hola, Alice.—toma mi mano dejando un beso en ella.

—Hola, señor Farrington.—respondo de manera amable.

—Dime Miles, nada de señor, ya te lo dije—me guiña el ojo.

Quiero reírme.
Papá tose sacándolo de la hipnosis, Miles suelta mi mano parándose serio.

—Vamos adentro.

Entramos al palacio entre comentarios aduladores por parte de Miles, siento que está provocando a mi padre de alguna manera.

—Alice, ¿Te he dicho que tienes los ojos más hermosos que he visto en toda mi vida?—sube las escaleras.

Papá se detiene al inicio de estas y lo mira mal, si sigue así va a terminar en prisión por diez años.

—No, seguro se lo dices a muchas y las confundes conmigo.—respondo y se le borra la sonrisa.

El rey Windsor no oculta la carcajada mientras Miles, indignado, termina de subir los escalones hasta llegar a nosotros. Unos cuantos pasos más y estamos dentro de la oficina donde nos espera Lorient.

La oficina aparte del escritorio, tiene una gran mesa redonda que es donde se llevan a cabo las juntas. Cada uno toma su respectivo asiento y hasta ahora noto que Miles viene sin consejero, cosa que me parece extraña porque se supone que un rey debe tener a alguien fiel y leal a su lado que le dé apoyo en cualquier momento. 

—A lo que vine.—apoya los codos en la mesa adoptando una pose seria. 

—Miles, esto es sobre lo que hablamos con Magnus en Innsmouth.—dice papá.

—¿Y por qué él no está aquí?

—Porque su presencia no será necesaria—toma lo que parece ser un mapa—, además, estos no son temas que sean de su interés.

—Entiendo, reunión secreta con tu hija quien parece ser la indicada para este tipo de temas.—suelta con sarcasmo.

Alzo el mentón mirándolo con cara seria. Mis ojos encuentran los suyos, ambos de colores azules pero de tonos diferentes, luchando por quien demuestra más poder en la sala.

—Estoy aquí no solamente por pedido de mi padre, si no porque sé el tipo de conocimiento que he adquirido con el pasar de los años—le digo seria—.No me subestimes, Miles, porque puedo ser joven pero sé perfectamente lo que hago.

Se burla.

No le veo nada de gracioso.

—Tiene carácter, me agrada.

La Princesa Del Sur #1© [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora