Capítulo 26.

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Mi día inició encontrando a Owen leyendo el libro que me obsequió Theo aquella vez, no me enojé ni nada porque no soy ese tipo de persona que se enoja cuando toman sus cosas sin autorización.

Me siento en el tocador para peinarme, aún tiene cara de dormido y el cabello desordenado. Se quedó dormido aquí por unos minutos; con el libro sobre su rostro.

—¿Qué haremos hoy?—bosteza. 

—Mucho. Hoy haremos mucho, Owen.—le sonrío a través del espejo—Tal vez seamos los héroes de está batalla, nos robarán el logro pero no quitará las sonrisas que sacaremos. 

Se pasa la mano por la nuca, dudoso y confundido. Owen es muy tonto para captar algunas cosas muy obvias, sobretodo esto, ayer le comenté lo que tenía en mente y probablemente, no me prestó atención pues estaba concentrado en burlarse de mi. 

—No te entiendo, Alice.

Me levanto del tocador caminando hacia la puerta. 

—Te espero abajo. Viste algo que no llame la atención.

Me dirijo hacia el comedor donde está mi familia y Lord Farrington. No pretento esperar mucho a Owen aunque sé que tardará por su rostro de dormido, se lo merece por no dejarme dormir. 

—¡Buenos días, Alice!—saluda Miles con alegría. 

—Buenos días.—devuelvo con sequedad. 

El ambiente se siente un poco extraño, o creo que sólo es mi imaginación. 

Mis padres me miran una que otra vez con sonrisas forzadas, Amy solo se concentra en comer y en burlarse de Miles; no ha pasado mucho aquí y ya se llevan bien. Papá está actuando extraño, al parecer, o eso espero, no es mi imaginación pues mi madre también lo hace, Miles sigue siendo el mismo hombre tonto que conozco. 

Los pasos de Owen se hacen presentes, no entra hasta la mesa, solo se queda en las puertas esperándome. Abre ligeramente los ojos y es ahí cuando sé que es momento. 

—Alice, no haz tocado la comida.—dice mi madre. 

—No tengo hambre.—me levanto—¿Puedo llevarla al jardín? 

—Por supuesto.—la afirmación de Miles me hace sonreír. 

—Permiso.—mascullo. 

Llevo el plato conmigo, avanzo rápido hasta la canasta que veo en el suelo cerca de la salida del palacio. Josiah está de pie junto a ella y me detengo en seco, ¿Qué hace allí? 

—¿Necesita ayuda, princesa?—pregunta. 

Niego de inmediato. 

—Para nada, gracias.—me acerco con cautela. 

—¿Para qué necesita una canasta con comida?—inquiere—Si me lo permite, me interesa saber ¿Por qué hay personas en el cobertizo de heno? 

Owen se paraliza y yo palidezco. 

Nos ha descubierto. 

—Te lo diría pero sé que mi padre lo sabría.—le digo. 

—Sí, iba a hacerlo hasta que la vi acercarse...

—Tienes prohibido contarle a mi padre de esto porque esas personas necesitan de nuestra ayuda y él no hace nada.—me acerco a él, susurrando. 

—Y tanto que dice amar a su pueblo.—dice Owen detrás de mi, en voz alta. 

Lo ignoro. Detesto que tenga razón. 

—Dígame que es lo que oculta para así poder ayudarla.—insiste—Mi deber es con usted, no con su padre. No puedo fallarle y lo que sea que me comparta en este momento no saldrá de mi boca. 

La Princesa Del Sur #1© [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora