Capítulo 14.

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10 de Julio.

Alice.

Despierto gracias a la fría brisa que se cuela por mi gran ventana, ayer padre dijo que tendría un largo día, así que saco los pies de la cama y me dirijo rápidamente al baño antes de que Lizzie venga a molestarme.

No tengo un buen humor hoy, el dolor de cabeza es insoportable y no sentir la movilidad en mi mano me pone peor.

Cepillo mis dientes y entro a la ducha haciendo todo con la mano izquierda pues mi mano derecha está débil y temblando. Me niego a pasar el día de hoy con la extremidad inmóvil.

Me visto con rapidez para después sentarme en el tocador a peinarme y poner accesorios que complementen el vestido.

Salgo del dormitorio andando con pasos apresurados, en el pasillo tropiezo con varios sirvientes y entre esos Lizzie.

Si ayer estaban apurados imagínense hoy que es el evento. Aunque no entiendo porqué si ayer terminamos de acomodar lo principal.

Bajo corriendo las escaleras pidiendo que preparen un carruaje para ir al pueblo, Theo envía al cochero a alistarlo y me persigue cuando me dirijo a la entrada pero soy detenida por la voz de Adler.

—¡Princesa!—alza la voz—Necesito que se pruebe el vestido.

—Ahora no, Adler.—intento avanzar pero me detengo cuando me alcanza tomando mi brazo.

—Es de vida o muerte porque si ese vestido no es de su talla debo arreglarlo lo antes posible o si no, se verá como un bollo mal envuelto.—insiste.

No tengo tiempo para probarme el vestido pues no se cuando tiempo tome curar lo que sea que tiene mi mano pero no quiero verme como un bollo mal envuelto como dice y ahora que lo pienso, su comentario hace gracia.

—Theo espérame en el carruaje, volveré en unos minutos—ordeno y asiente.

Adler suspira aliviado y subo con él entrando a su habitación donde quedo asombrada cuando veo el vestido tendido en el sillón, es hermoso, es...No hay palabras que lo describan.

Leslie está de pie junto al sillón y me ayuda a quitar el vestido que traigo dejándome en ropa interior lista y ansiosa para probarme el nuevo.

—Es bellísimo.—toco la tela antes de ponerlo sobre mi.

—Claro, majestad, lo he hecho yo con mis propias manos.—dice Adler con orgullo—Leslie, ayúdame.

Entro en el vestido y es el vestido más perfecto que he tenido. El color dorado se ve increíble al igual que las mangas en los hombros y el escote en forma de corazón, es majestuoso.

Sonrío satisfecha con lo que observo en el espejo. Leslie y Adler igual sonríen con el resultado, mi sastre real se limpia las lágrimas falsas dramáticamente.

—Se ve preciosa, señorita.—comenta Leslie.

—Lo sé.—respondo, aún admirando mi reflejo en el espejo.

—Bueno, ya váyase.—borra la sonrisa—Tiene asuntos que atender y el vestido le queda perfecto así que no tiene nada que hacer en mis aposentos.

Me quitan el vestido y vuelvo a ponerme el que tenía, salgo de la habitación con rapidez. Vuelvo a bajar las escaleras corriendo y no estoy atenta a las personas que caminan de aquí a allá ni veo a mis padres cuando aparecen por uno de los pasillos, solo salgo y subo en el carruaje seguida de mi caballero protector.

Respiro agitadamente debido al cansancio por correr tanto, lo hago casi todos los días pero igual me canso.

El trayecto al pueblo no es largo así que en diez minutos después ya me encuentro frente a la casa de mi amiga con la mano izquierda tocando la puerta, al no escuchar respuestas vuelvo a tocar más fuerte lastimando mi mano.

La Princesa Del Sur #1© [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora