Capítulo 25.

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Mis pasos se sincronizan con los suyos, mi mano se sujeta con fuerza de la suya buscando esa seguridad que siempre me brinda. El calor que emana de su cuerpo desaparece el frío del mío, los nevios me recorren cada que nos acercamos más a Grapport. Cruzamos Reebwall antes y mi vista se nubló de inmediato apenas ví aquel desastre, habían carteles de ciudadanos pidiendo piedad y deseando escapar, casas vacías que indicaban desalojo.

—¿Te sientes bien?—pregunta, aún caminando.

—Sí.—miento, y al parecer, lo nota.

—Haré que te creo.

Sujeta al caballo de las riendas.

—¿Para qué traes armas?—pregunto cuando noto la daga y el arma de fuego en su cinturón.

—Por protección.—responde con tranquilidad.

—Pero no sabes usarlas.—le recuerdo.

Me gano una mala mirada de su parte.

—He aprendido, Alice. No soy tan inútil como parezco, sé defenderme y puedo defenderte.—intento no reírme.—Ríete, vamos.—dice con sarcasmo, poniendo sus ojos en blanco.

Suelto la carcajada.

—No lo decía en serio.—se queja en voz baja.

—Dijiste que podía reírme y lo estoy aprovechando.—sigo con la burla.

—Alice, ¿Te han dicho lo molesta que eres?—pregunta con seriedad, se ha ofendido.

Volteo a verlo escondiendo mis labios para que mi sonrisa no sea notoria pero es en vano; tiene las mejillas rosadas y los ojos brillantes. Ofendido no sería la palabra adecuada para él, está avergonzado.

—Oye—acaricio el dorso de su mano con mi pulgar—, no tiene nada de malo que no tengas el entremaniento.

Mira hacia el frente, no quiere que vea lo sonrojado que está. Supongo que es por el calor.

—No pasará nada y las armas no serán utilizadas—le digo para intentar calmarlo aunque esté muerta de miedo por dentro.

Ahora que lo tengo a mi lado, los pensamientos que tuve la noche anterior, vuelven. No tengo descripción exacta para el tipo de relación que tenemos pues actuamos más como amigos que como lo que deberíamos ser, una pareja. Lo de intentarlo está quedando a ls izquierda porque he estado tan ocupada en mis asuntos con el reino que no le he prestado atención a mi supuesta relación, y al parecer, él tampoco.

Sus ojos café aún se iluminan cuando me ve y mi corazón late de manera desenfrenada cuando está cerca, como siempre ha sucedido.

¿Habré confundido mis sentimientos con amor?

¿O todo habrá sido solo una ilusión?

Mis sentimientos desde hace unos días están confusos, no sé que siento en cada minuto que pasa; vivo confundida y mi mente vaga en recuerdos que quiero borrar. Muchas veces quiero recordar, siempre he quiero recordar pero ahora lo único que deseo es olvidar todo lo malo que está sucediendo.

Quiero vivir, no sólo sobrevivir.

Y está guerra que está por acercarse me da miedo, mucho miedo. Temo por la vida de cada una de las personas que viven en Eastford, mi pueblo. También por la vida de mi familia y personas allegadas porque el enfrentamiento que ocurrió en el palacio solo es el comienzo, así como dijo el desconocido en aquella carta que se le entregó a Miles.

Grapport se vuelve el centro de toda mi atención, aprieto la mano de Owen con fuerza mientras mis ojos vuelven a nublarse cuando siento el silencio sepulcral y abrumador. Me armo de valor para pasar entre los cuerpos putrefactos que desprenden un olor que provoca mis náuseas y debo cubrir mi nariz. Owen hace lo mismo.

La Princesa Del Sur #1© [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora