Capítulo 13.

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Alice.

El día de ayer no fue para nada productivo. Apenas desperté padre me informó que envío más carretas a Slora así que no tenía que preocuparme mucho por ello.

Desde que asistimos a la reunión, no hemos mencionado ni una palabra sobre lo ocurrido en Innsmouth a mi madre, ha preguntado pero las únicas respuestas que obtuvo es lo bien que nos fue y el como salimos beneficiados teniendo a Magnus como aliado cuando, en realidad, es todo lo contrario.

Hoy inicié una nueva pintura que terminaré cuando regrese de Mintown. Trazaba las líneas imaginando lo hermoso que se vería el palacio si tuviera esos detalles dorados que complementan el escudo de nuestra casa.

El camino a Mintown se hace largo e intento distraerme observando el paisaje a través de las ventanas del carruaje mientras papá conversa con su fiel consejero.

Este lugar se ve diferente a la primera ves que vine. No hay flores, solo plantas verdes y algunas secas. Los árboles se mantienen iguales al no ser portadores de frutas.

No escucho cantos provenientes del pueblo, solo personas que andan de aquí a allá trabajando con caras largas.

—¿Por qué se ve tan distinto este lugar?—inquiero con curiosidad a los hombres que están frente a mi.

—No tengo la menor idea.—responde mi padre con indiferencia.

El carruaje se detiene y soy la primera en bajar un tanto ansiosa por observar el enorme palacio frente a mí.

No me cansaré de decir lo majestuoso que es aunque no quiera volver a venir a este lugar por cierta persona que no pienso mencionar.

Ambos hombres se posan a cada lado de mi dejándome en medio de ellos. Respiro dando un paso hacia adelante después de papá. Entrar de nuevo a este palacio sigue siendo un visión indescriptible.

—Bienvenidos, majestades.—saluda el hombre que siempre acompaña a Magnus.

—Gracias por recibirnos—mi padre asiente a modo de respuesta.

—Por aquí, por favor.—alza un poco el brazo señalando el camino a seguir.

Tomo el brazo de papá andando con pasos lentos mientras ambos consejeros caminan detrás de nosotros.

—Su majestad el rey Magnus los espera en el salón.—avisa el hombre pasando frente a nosotros deteniéndose delante de una gran puerta dorada.

He estado en ese salón antes. Fue el día que busqué a Owen en el pueblo y lo encontré con esa tal Onna, aún el recuerdo me enoja un poco pero he estado superando los estragos que hace en mí el hecho de haberlo encontrado con esa mujer.

La gran puerta se abre de par en par, mostrando al monarca de Skyeen sentado en el trono real con expresión fría y a su lado, Robert y su molesto primogénito; al igual que Elijah y su agradable hijo y por último pero no menos importante, Miles Farrington.

—Mantenga la compostura a toda costa, majestad.—le susurra Lorient a padre y alcanzo a escuchar.

No creo que vaya a haber una discusión como ayer, tengo fe de ello.

—Me ha hecho esperar media hora, Eddark.—dice el soberano Skragen cuando nos acercamos.

—Lamento eso, Magnus.—responde.

—Bien.—finaliza.

Sonrío cuando cruzo mirada con Owen y él asiente a modo de saludo. Elijah rueda los ojos cuando mi padre voltea hacia él.

Son tal para cual pero la diferencia es que su hijo es tan calmado y no le presta mucha atención a las responsabilidades que tiene como futuro monarca.

La Princesa Del Sur #1© [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora