Capítulo 27.

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Inhalo y exhalo, una y otra vez.

No quiero que las lágrimas se deslicen por mis mejillas, no quiero que mi familia me vea quebrarme ante el miedo de perderlo por tercera vez aunque sea imposible.

Imposible no es la palabra correcta pues existe una mínima posibilidad de que eso suceda.

Preparo las cosas que llevaré y le aviso a Josiah que es hora de partir, iremos a Mintown a hablar con Magnus y mi madre está al tanto de ello. Owen insistió en acompañarme pero me negué completamente pues prefiero que se quede haciéndole companía a mi madre y hermana ya que se llevan de maravilla, y lo quiere como si fuera su hijo.

—¿De verdad deseas ir?—vuelve a preguntar la reina.

—Sí.—respondo fingiendo seguridad, no quiero que escuche duda en mi.

—No he querido decirte esto, pero es una mala idea que vayas sola representando el sur porque aún ese deber no te pertenece.—se sienta en una de las sillas, pone las manos en su regazo dedicándome una mirada suave.

—Lo sé, madre, pero alguien tiene que hacer algo por Eastford y de verdad quiero hacer esto...

—Quieres demostrarle a tu padre que eres digna de gobernar, ¿No es así?

—No es por eso, madre.—niego con la cabeza-Siento lo mismo que papá y tú cuando se trata de nuestro pueblo, no quiero que les hagan daño.

Asiente despacio.

Mi madre es una mujer muy comprensiva pero sabe cuando miento, incluso cuando intento disimular.

—Owen se quedará.—le recuerdo.

Se levanta, da tres pasos hacia mi.

—Ten mucho cuidado, cariño.—acaricia mi mejilla—No podría soportar que algo te sucediera.

—Estaré bien, madre.—le dedico una sonrisa rápida.

Me acompaña hasta la salida. No hay nadie aquí que pueda tener conocimiento de hacia donde me dirijo, todo fue con mucha discreción.
Me despido de mi madre, subo a un caballo y Josiah al otro. Tuvo que ayudarme para poder montar pues no tengo mucha práctica.

Nos alejamos completamente de Innsmouth, los árboles frutales aparecen en mi campo de visión. El tarareo de Josiah me hace sonreír, parece que tiene una voz armónica a la hora de cantar.

—¿Qué tarareas?—le pregunto, curiosa.

Voltea hacia mi, en silencio.

—Es una canción de cuna, mi madre la cantaba para mí cuando no podía dormir.—explica.

—Parece ser muy bonita.

—Lo es—asiente—, me trae muchos recuerdos de mi niñez que quiero mantener conmigo.

Me quedo un momento en silencio.

—No me he tomado el tiempo de conocerte.

Y no miento. Las únicas palabras que he cruzado con él han sido órdenes autoritarias, lo he tratado como lo que es, un soldado; pero quisiera tener más acercamiento para que me tenga confianza y así poder ayudarnos mutuamente en cualquier situación que se presente.

—Sólo cumple con su deber—mira al frente—. Usted es mi superior y yo soy su caballero, ese es el debido respeto de mi hacia su persona.

—Entiendo.—mascullo—Lizzie, una vez me comentó que tiene mi misma edad.-cambio de tema.

—La información vuela a una velocidad abismal, ¿No es así?—el sarcasmo que usa causa mi risa.

—Sí y lo hace aún más cuando eres de la realeza.—complemento.

La Princesa Del Sur #1© [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora