10|Muelle de las almas ᶜᵃᵖᶦᵗᵘˡᵒ ᵉˢᵖᵉᶜᶦᵃˡ

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Tal parecía que el universo solo buscaba castigarme.

In conducía por las calles de la ciudad de Busan mientras nos dirigíamos a la dichosa cena que nuestros padres habían organizado, miento si no digo que tengo el corazón a mil por hora.

Realmente no tenía la emoción, ni las ganas de verles, pero sabia que aún así tenía que hacerlo y para evitar molestias todo el día desde ayer apague mi móvil y me dedique a hacer cosas para distraer un poco mi mente.

—Deja de lastimarte los dedos Honnie. —dice.

—Lo siento. —me disculpó.

—Tranquilo, verás como todo saldrá bien y lo más pronto posible te regresaré a casa.

Asiento y vuelvo a quedarme en silencio. Es fácil para Jeongin decir que todo estará bien y que este tranquilo, porque claro no será a él al que excluyan de la cena en toda la noche.

Ya que digamos que de esta familia el único que importa es él y a mí solo me llaman para no hacerme sentir mal. ¿Qué sentido tiene eso? Ninguno, me invitan para no hacerme sentir mal, pero aún así lo hacen.

—Prometo que no dejaré que mamá te lastime de nuevo Honnie.—me dice.

—No Jeongin, no lo hagas. —pedí.

—¿Qué cosa? —pregunto.

—No prometas cosas que no vas a cumplir. —digo.

De pronto veo el GPS y cada vez queda menos para poder llegar, un par de calles más y estaremos ahí. Sé que Jeongin no tiene la culpa lo se perfectamente, pero también se que mi madre es un poco especial y suele culparme por algo que técnicamente yo no hice pero que a sus ojos yo soy el culpable de todo.

—Llegamos.—dice.

Al bajar del auto el viento me pega en la cara y entonces veo que falta muy poco para que el verano se vaya y comience el otoño. Suspiro tratando de llenar de suficiente oxígeno mis pulmones para poder soportar toda la noche.

—Vamos.—me dice mientras me jala del brazo.

Al estar en la puerta del restaurante, In habla con la hostess quién nos indica el número de mesa dónde se encuentran nuestros padres y yo solo puedo tragar duro.

Desde la puerta principal puedo ver la mesa, dónde mi madre permanece tranquila y feliz en Compañía de mi padrastro.

Jeong comienza a caminar en su dirección y yo solo puedo esconderme detrás de él, a pesar de que soy más alto que él.

—Madre, padre. —Los saluda cálidamente.

Ellos le devuelven el saludo amablemente.

—Kyung, señor Myung. —saludo con una pequeña reverencia.

Mi madre solo me ve seria y suspira pesado.

—Minho hijo, te he dicho que puedes tratarme informalmente. —me dice Myung.

Yo solo asiento y le agradezco con una sonrisa.

—Ya cariño, déjalo. Parece ser que Minho no quiere entenderlo. —responde bruscamente Kyung.

Solo apretó los labios y me siento en el lugar más alejado de los tres, por suerte la mesa de la reserva es para seis personas y somos cuatro. Así que esta perfecto.

Jeong me ve preocupado y yo solo me dedico a ver por las ventanas del restaurante.

En un momento los tres comienzan a charlar y a preguntar cómo nos ha ido, bueno como le ha ido a Jeong. La mesera trae los menús y ellos piden diferentes platillos, mientras yo me voy por el más sencillo y simple.

Si Supieras | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora