El día en el que morí realmente se sintió como si pudiera tocar el cielo, la sensación de libertad que el mundo me regalo fue espectacular, fue un alivio, ya no tenía cosas en las que preocuparme, sentía que por primera vez en mucho tiempo podía descansar y no habían cosas que atormentaran mi paz, era simple y sencillamente la mejor sensación que pude sentir.
No habían dudas, no habían tristezas, solo soledad una soledad abrazadora que era en cierto punto encantadora que sólo tenía calidez para alguien que quería estar en ella.
Por fin pude sentir que podía llegar a decir "mierda, estoy realmente muerto" y eso me llenaba de tranquilidad, no tenía represalias con nadie, solo me tenía a mí y eso era suficiente.
En el momento en el que sentí como mis muñecas ardían y la sangre bajaba por ellas sabía que no había vuelta atrás y aunque hubo un momento en el que pude arrepentirme ya era demasiado tarde para hacer algo, mis manos ya temblaban y mi cuerpo comenzaba a quedarse sin fuerzas, era algo que para mí significaba solo el principio del final.
En mi agonía pude sentir que no era momento para irme, pude arrepentirme una vez más, pero sabia que ya no había nada que pudieran hacer por mí, estaba solo y aunque gritara sabia que nadie me escucharía y justo cuando sentí que mis ojos comenzaban a cerrarse y mi corazón dejaba de bombear lentamente sabia que era el momento de irme, sin embargo pude escuchar las puertas de mi hogar siendo abiertas violentamente.
Y solo pude pensar "Mierda, llegaron temprano" Sin embargo, no los sentí llegar y entrar a toda prisa, se tomaron su tiempo en buscar algo que los llevará a mí y yo solo podía pensar y rezar.
Deseando que Dios o quién sea que estuviera allí escuchará mis plegarias.
"Por favor, solo quiero morir, Déjenme hacerlo".
Y después de eso solo podía sentir la desesperación que inundaba mi hogar por las personas que buscaban sin cesar algo o alguien que simplemente no quería ser encontrado, escuchaba sus pasos, juro que podía sentir incluso sus ojos tratando de ver a través de las paredes y sentir su impotencia por no encontrar lo que buscaba.
En cierto punto incluso llegué a pensar que quizá había una posibilidad de que se tratará de ladrones que andaban en busca de algún botín, pero no.
Sabía que incluso en mi lecho de muerte me estaba dando un ataque de nervios y comenzó cuando sentí mi cuerpo hundirse entre el agua tibia comenzando a tapar la mitad de mi cara y pude escuchar como el agua comenzaba a gotear en el suelo de la habitación, mierda, esto sería un desastre.
Pero, ya no habría quién lo limpiará luego.
Y cuando por fin pude sentir que estaba listo para dar mi último destello de vida lo escuche entrar y susurrar o tal vez grito, pero yo ya no lo escuchaba.
—No— su voz era suave, quizá eso era lo último que necesitaba para irme.
Por fin sentí entrar en un trance, por fin supe que ya no estaba vivo o al menos eso creía cuando minutos o quizá segundos después sentí un tacto en mi cuerpo muy lejano, dónde con fuerza trataban de sostener mis manos y nuevamente su voz en susurro se hizo presente, pero no me hablaba a mí.
—Tómalo, su corazoncito late, por favor Chan. —Su voz estaba suplicando —Todavía está aquí, hazme caso. — y tan lejano como su voz pude sentir sus lágrimas caer sobre mi cuerpo.
Oh, mi amado.
Pude pensar.
¿Qué hice de bien en esta vida solo para poder toparme con tu existencia?
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Si Supieras | Minsung
FanfictionA veces dicen que lo que bien comienza, mal termina, pero nadie sabe a que se refieren con certeza. Minho no sabe cuanto tiempo ha vivido sin ser completamente feliz, sin embargo cuando por fin encontró a alguien que lo hizo ver la vida de otro modo...