Confusión-30

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-Cariño, no te preocupes.Él de seguro está ocupado con cosas de la banda- Brath es mi mayor confidente desde que él se abrió, ya no actúa ante nadie, ahora es él mismo.
-Sí Brath, ya sé que sigue siendo igual, sigue siendo el mismo Mike Bekenringe, ese es el problema.No creo que él siquiera note cómo me siento.Desde ayer hasta hoy tal vez y le he hablado cuatro veces, y lo besé dos veces.Dos besos que no lo compensan.

-Cariño respira, no te exhaltes- Brath rió.-Tienes razón pero piensa en que él quizá no lo vea como tú, y que necesite un empujoncito.Invitalo a comer a un lugar super románico y dejale en claro que se cuide que tienes una fila grande de pretendientes- Lo amo, siempre sabe qué decir y cómo ayudarme.
-Gracias Brath, eres increíble- lo abrace.
-Ya lo sé cariño- me separé de él, levanté mi ceja y ambos reímos.

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Hoy no ha sido diferente al día anterior.Mike solo se va con sus amigos, siento que hasta le estoy rogando y que estoy de sobrada para llamar un poco de su atención.Yo no soy una más.Yo soy Melia Gremory.
Tomo mi laptop, y la carpeta con apuntes y llego a la entrada del edificio.Hoy toca ensayar pero no tengo ánimos para hacer nada y Mike y los demás pueden bien buscar a alguien más que sea su pareja.
Pitt no me va a poder llevar hoy porque tiene una junta administrativa con el director.
Pienso por un momento en ir a casa de mis padres, pero en seguida me doy una patada mental.
Creo que mi vida se ha vuelto aburrida, sin Mike no sé qué hacer.Debo buscar algo que pueda hacer luego de los ensayos y dos veces por semana como mínimo.
Voy caminando por las tiendas del centro comercial, paso por la tienda a la cuál había ido junto con Mike y noto un rótulo de "se necesita personal".
Entro de inmediato, espero tener un trabajo en el que pueda hacer algo divertido y ganar dinero.
Entro y de inmediato me reconocen como una Gremory.
-Bienvenida señorita, ¿Qué gusta ver hoy?
-Emm hola- sonrio, dejo mis cosas en la mesita de la sala de espera, intento aplastar un poco mi enagua para lucir mejor- yo he entrado por el rotulo de enfrente.
-Oh cariño, que pena, pero ya hemos contratado a alguien.
-Mmmm que mal ¿No te quedará un puesto disponible? Juro que trabajaré como es debido y no pido más que el salario mínimo.
-Dejame ver si puedo hacer algo por ti- ella se fue.Melia sí que eres terca, pero vale la pena para tener la mente alejada de Bekenringe.
Pasaron unos quince minutos hasta que la señora llegó a la sala de espera.
-Buenas noticias para ti, la chica que vino en la mañana a buscar empleo ha aceptado compartir su trabajo contigo- y eso es suerte nivel Melia Gremory señores.
-Muchas gracias ¿Cuándo empiezo?- mis manos están frías del sudor.
-El próximo sábado, trabajaras tres días a la semana- la chica me sonríe y yo le devuelvo mi sonrisa, le entrego unos papeles firmados y llevo uno para que Pitt firme aprobando como mi encargado.
Camino por el pasillo del centro comercial feliz, casi olvidándome de Mike Bekenringe por completo.Es hora de celebrar mi nuevo empleo con un buen helado.Camino en busca de la zona de comidas cuando a lo lejos veo a Ken con una chica, una chica muy atractiva por cierto, eso me relaja un poco, puedo ver que busca conocer a alguien más.
Camino lo más lejos de él hasta perderlo de vista, llego a la heladería y pido mi sabor favorito menta con chocolate, reviso mi celular y no es mensaje de nada más y nada menos que de Brath insistiendo que lo acompañe a la fiesta de uno de sus amigos, no es exclusiva así que podemos ir heteros y ambos niños decidieron que yo podría ser la invitada perfeceta, aunque mi estado de animo no es el más adecuado en este momento.Camino hacia una de las bancas del centro comercial y me siento allí para confirmarle a Brath mi asistencia, ilógico tal vez, pero quiero despejarme un poco.
Terminé mi helado, seguía hablando con Brath para detallar, hora, lugar y en fin esas cosas, sentí a alguien tocar mi hombro y me volví de inmediato.Ken.Él estaba ahí con esa chica y viene a saludarme "¿qué tiene este niño en su cabeza?" Pensé.
-Hola hermosa- Ok.Esto es incomodo.
-Hola Amigo- arrastre la última palabra para recalcarla.Risas, solo risas de parte de ambos fue lo que escuché.
-Melia ella es mi prima Margot, prima ella es mi amiga Melia-Mierda debo de estár tan roja que ni metiendo la cabeza en hielo podría quitar la vergüenza que tengo en este instante.
-Hola, mucho gusto- dijo esta riendo mientras extiende su mano, es una chica pálida aunque su piel tiene un tono rojozo, su cabello es negro como el carbón, tiene unos grandes color miel y es una chica bastante delgada.Ella sin duda es muy hermosa.
-El gusto es todo mío- estruje su mano y después ambos se despidieron.Que pena.
Tome mis cosas y me fui a casa.Revisé mi celular y tenía un mensaje de Mike diciéndome que no se iba a poder comunicar conmigo ya que estaría ocupado.Me molesto y a la vez no tanto.Es decir, no me habló durante prácticamente todo el día, si acaso lo vi y ahora viene a las 8 pm a decir que estará ocupado.Solo me alegro que me haya avisado, así no me preocupo más por él, o por lo que esté haciendo.
Ya en casa tomo un baño rápido.Me visto con unos jeans rasgados levanta pompas y una blusa semitransparente de color naranja, unos tacones de unos cuatro centímetros y listo.No me maquillo, estoy segura de que Brath va a cambiar mi "outfit"como siempre.
Justo a las diez de la noche hay un auto esperando fuera, Brath está fuera, me mira y le dice algo al conductor que no escucho y que entiendo cuando veo al auto avanzar.
-Melia cariño, tenemos que hablar- me toma de la mano y me arrastra hacia dentro, Max como todo un buen perro, empezó a ladrarle hasta que llegamos al sofá.
-¿Qué te pasa Brath?- me está preocupando.
-Antes de salir de esta casa quiero hablar contigo, no es posible que estés así solo por que Mike no te hable tan seguido, dime la verdad Melia ¿Qué pasó entre ustedes?
-Brath no sé cómo lo haces en verdad, solo tu serías capaz de darte cuenta, nadie lo había notado.
-Lo sé cariño, soy genial, ahora responde.-
-Bueno Mike y yo... Lo hicimos, ya sabes- su rostro me dio miedo en verdad- y ahora simplemente me siento como una idiota Brath, me siento tan usada y desvalorizada, no es justo, yo creía que en verdad me amaba.Pero míralo no me habla, me ignora y he intentado de verdad hablar con él, pero no capta realmente a lo que me refiero.
No pude más empecé a derramar tontas lagrimas, no debo llorar por eso, fue mi decisión, yo le entregué mi cuerpo, mi alma, fue bueno, fue placentero y no me siento bien, no me siento para nada bien, él parece desaparecer del mapa y me siento como una basura, una cualquiera, como un objeto.Yo no creí sentirme así, usada.
Brath me rodeó con sus fuertes brazos, haciendo sentirme segura.Mi mejor amigo es increíble, solo él me logra entender a la perfección, y pensar que antes ni lo soportaba.
-Melia cariño, tranquila, vas a ver que todo se va a mejorar.Tú eres una princesa súper valiosa, ese tipo no merece tus lágrimas- reitero, es hermoso.
-Gracias Brath, te amo.-
-Yo también te amo amiga, pero vas a ir a una fiesta y vas a sonreír como siempre, que Mike sufra- una sonrisa maléfica se dibujo en su rostro.
Tomó mi mano y subimos a mi habitación donde este se apoderó de mi armario, y yo me dirigí al baño a lavar mi rostro.
-¿Mel dónde están tus zapatos dorados?- los perdí.
-Creo que no sé dónde están- mentí.
Al rato me hizo quitarme mi ropa y cambiar la interior por una de encaje azul marino que realza mi busto.
Un vestido del mismo color ajustado y estraple.Unos tacones dorados con una gargantilla del mismo color.Dejé mi cabello suelto y Brath hizo su magia en mi maquillaje, sin duda me veo y siento algo atrevida y me gusta.
Llegamos al bar, entré con mi pareja favorita, nos sentamos en un sofá y a las diez de la noche ya esto estaba muy excitante para mi gusto.
Mike.No puede salir de mi cabeza, duele.Maldición.No creo aún que no sienta ni piense igual que yo, él no me necesita como yo a él.
Me levanto y dejo a Brath y Victor tragandose entre sí, intento avanzar un poco entre cuerpos extasiados, unos pasos más y casi llego a la barra, un poco y al fin llego, acomodo mi vestido lo más que pueda y me siento en una silla de cerámica lista para ordenar un coctel de malibú con mi fruta favorita, piña.Este sabor es un dulzoramargo, justo como Mike, me hace feliz y es tan fuerte el dolor que causa en mí.No puedo creer que todo se relacione a él.Necesito sacarlo de mi mente.
-Cariño, saca a ese poco hombre de tu cabeza, una mujer no llora por un hombre con los huevos tan pequeños- terminé mi bebida y pedí ahora una margarita, esa mujer tiene razón, solo que no sé cómo sacar a ese idiota de mi mente, pero lo que no sé es cómo sacarlo de mi corazón, no estoy segura de qué siento, solo sé que es algo muy fuerte.
-Dime por favor- dije de la nada y ella se sorprendió y me miró confusa, lágrimas volvieron a brotar de mi rostro. -Dime como sacarlo de mi cabeza y corazón, cómo hacer para dejar de sentir lo que siento, hacerlo sin que se entere de que quiero olvidarlo.
-Ay cariño, no hay nada que puedas hacer, solo date un tiempo, eres muy joven para estar sufriendo- me ofreció una cálida sonrisa, tomé una copa de vino, luego otra y otra más.
-Alexa, dame otra- el tomar sacia mi dolor, calma mi desesperación y casi logra que olvide a Bekenringe.
-La última- ignoré su advertencia y la bebí tan rápido como pude, pedí otra y esta lo negó y aclaró que no debió darme nada desde el principio.
-Deberías ir y conquistar al chico que está mirándote desde hace unos minutos.- volteé a ver y Ken me sonrió, por qué no pude enamorarme de él.
Me levanté del banquillo, di tres pasos y no sé qué sucedió, solo sentí unos brazos rodeando mi cintura antes de caer al suelo.
-Mel ¿qué pasa? ¿Estás bien?- Todo daba vueltas, necesito ir al baño.Ahora.
A como pude salí corriendo hacia alguno de los baños y noté como Ken me llamaba, y supongo me seguía.
Apenas llegando alguien abrió la puerta del escusado por mi, me incliné y vomité.Ken sostuvo mi cabello hasta terminar de botar todo lo que tenía en mi estomago.Me ayudó a levantarme y me sostuvo con su brazo, algunas personas me veían extraño, el calor del lugar dificultaba todo, debían ser ya la una de la madrugada, salimos a la calle y casualmente un café 24h estaba a unas cuadras del lugar, me senté en una silla del café, al rato Ken llegó con un café caliente que tomé con pesadez.
-Mel qué te hiciste, tú no eres así- tomó mi mano y empezó a hacer círculos con su pulgar mientras me miraba a los ojos.
-No quiero hablar- me tomé el café y me sentí un poco mejor.Ken se me quedó observando fijamente mientras que yo desviaba mi mirada, la señora del café al parecer necesitaba una cama, estaba babeando sobre el mostrador.No había notado a Ken hasta este momento, lucia muy atractivo con su camisa tres cuartos vino que resalta su piel.Cómo es que estaba ahí para mi, hoy ha estado tan presente como siempre, nunca me ha dejado sola, ni me ha roto el corazon, soy yo la idiota que no puede amarlo.Su madre está delirando, aún así tiene notas perfectas, una banda y una vida social.Es todo un caballero, y yo soy una maldita zorra, estoy en deuda contigo Kennedy.
-Gracias Ken- le sonreí con cierta nostalgia y agradecimiento, él sonrió y unas arrugas leves se marcaron al costado de sus labios.Me levanté despacio y este me tomó como lo había hecho anteriormente.Llegamos al RedBird y nos sentamos en el sofá donde en un principio estaba mi pareja favorita con la leve esperanza de que decidieran volver en algún momento.
-Ken en verdad gracias- tenía que dejárselo claro.
-No agradezcas, siempre estaré agradecido por hacerme ver que puedo amar a alguien.Un hombre enamorado haría lo que fuera por la mujer que ama Mel- fingió una sonrisa, le dolió decírlo.Yo le causo dolor, lo estoy haciendo sufrir y no sé cómo detener su dolor.
-Ken yo no puedo, eres demasiado bueno para mi- él me miro con obviedad y besó mi frente, se separó lo suficiente para rozar nuestras narices.Acerqué mis labios a los suyos un leve roce y sus labios ansiaban la llegada de los míos, lo besé.Nos besamos, un beso tierno y cálido, aceleró mis palpitaciones y me asustó, no podría asegurar que todo es culpa del alcohol.Me rodeó la cintura con sus brazos y yo rodeé su cuello, el besó subió de nivel, un beso intenso y apasionado, me levanto en un rápido movimiento quedando mis piernas al rededor de su cadera, no me importó que mi lencería quedara expuesta, al fin y al cabo Ken tenía sus manos bien colocada en mis muslos.Nos separamos en busca de un poco de aire, de inmediato unimos nuestros labios, Ken pidiendo permiso para que su lengua entre, se lo permito, un juego y exploración entre ambos, empiezo a desabrochar su camisa para sentir su pecho, sus manos suben un poco hasta tocar mis gluteos, le tomo del cabello y lo aproximo a mi, quiero más, mucho más, Ken está sobre mi besando mi cuello y bajando hasta mi pecho, de ahí sube de nuevo a mi cuello hasta llegar a mis orejas mordisqueandolas de una manera excitante, bajo mis manos hasta sentir su miembro, desabroché el botón de su pantalón y este se detuvo.
-¿Qué pasa?- rayos creí que íbamos bien muy bien, para ser sincera.
-No puedo hacerte esto Melia- qué mierda le sucede.No puede dejarme así.
-¿Por qué Ken? ¿Tan mal lo hice?- esto sin duda me llegó al ego.Auch.
-No es eso- empezó a abrochar su camisa de nuevo, pero aún seguía sobre mi y el bulto de su pantalón aún era muy notorio. - Tú no estás bien, estás ebria y yo no puedo aprovecharme de eso, pero créeme que estoy sufriendo por no hacerlo- se inclinó a besar mi frente, dejándome extasiada.Me acomodé el vestido y peiné un poco mi cabello, se despidió de mi y una mamá enojada llegó a reclamarme.
-¡Melia Gremory! ¿Qué mierda estás haciendo?- mi cabeza iba a explotar.
-Brath no quiero hablar ahorita, quiero ir a dormir.
-Niña no te puedo llevar así a tu casa, iremos al departamento de Vitch, dormirás tres horas, te levantaras e irás al instituto, quieras o no.
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⏰ Última actualización: Jan 04, 2016 ⏰

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La chica comúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora