Mexxx Go Bar

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Nunca antes alguna de mis noches de fiesta mexicana había llegado a tal extremo, la costumbre me había obligado a ser parte de no más que mínimos eventos.

A pesar de haber escuchado de los lugares de infinito gozo, no me había mostrado interesado, hasta que tu compañía me otorgó la iniciativa de disfrutarlo.

Ya había encontrado en Renato la fuente de satisfacción de mis placeres carnales; ahora encuentro contigo el privilegio de una relación de amistad y los medios para saciar mi necesidad de relaciones sexuales grupales anónimas.

Patricio

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Tras el crecimiento de la confianza que caracterizó nuestra relación, llegó el momento de compartir nuevas experiencias.

Adentrado en el florecimiento de mi sexualidad, influenciado una vez más por los efectos de las acostumbradas drogas, pero incrementado por mi primer consumo de perico, como excusa de las fiestas septembrinas, Patricio y yo decidimos disfrutar de nuestra sexualidad con un compañero extra.

Fueron varios los intentos fallidos y negaciones antes de encontrar a aquél que estuviera disponible, se trataba de Alister, un amigo que había conocido algunos meses atrás en un andador cercano al en el que conocí a Alfredo y a quien había llevado a coger sólo en esa primera ocasión a la azotea del edificio en el que vivía.

El plan era llevar a Patricio, mi primo, junto con Alfredo y Alister a un antro del centro con el fin de mostrarle los rumbos de la ciudad, para luego dejarlos por ahí y venir a casa sólo con Alister.

Era tedioso tener que esperar el regreso a casa para coger, por lo que Alfredo propuso visitar un bar en el que incógnitamente podríamos todos disfrutar, era un plan ambicioso pero innovador para el propósito que teníamos.

Visitamos Mexxx Go Bar, ubicado en avenida Reforma cerca del metro Hidalgo, un lugar en el que, al fondo, después de los baños, se puede disponer del cuarto de menesteres para coger con tu acompañante o con algún desconocido que se encuentre en la oscuridad.

Así, embriagados de cerveza y de shots de mezcal y tequila, nos dedicamos a disfrutar durante algún par de horas de nuestros culos y vergas.

En el momento en que Alister recibía nuestras vergas desnudas, estando recargado en los sillones olvidados por los dueños del establecimiento, siendo llenado repetidamente con descargas de placer, mientras tres sujetos más esperaban su turno, me di cuenta de la envidia que sentía hacia Alfredo.

Renato

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⏰ Last updated: Aug 04 ⏰

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