DECIMOQUINTA NOTA

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Atsushi terminó saliendo de su habitación para encontrarse a quien consideraba uno de sus amigos de la infancia y fueron a una parte techada del estacionamiento, en donde Tanizaki tomó asiento teniendo al chico frente suyo.

-¿Por qué te interesas por mí después de todo éste tiempo? Aunque hasta ahora solo has actuado como un observador.- habló Atsushi en un susurro, no confiando en su voz.

-Tienes razón. No hice nada.

Tanizaki Junichiro no intervino porque pensó que no tenía sentido. Incluso cuando sus amigos de la infancia empezaron a salir él lo sabía todo.

Un pequeño recuerdo se mostró al pelinaranja caminando por el pasillo cuando logró ver que Atsushi y Shibusawa estaban teniendo un momento a solas, en el que el peliblanco mayor besaba al chico. Lo que sorprendió a Tanizaki fue el hecho de que Shibusawa sabía que él estaba observando todo y le hizo una seña con los dedos diciendo que el chico tigre era de su propiedad.

A pesar de ser amigos por bastante tiempo, Tanizaki jamás pudo decirle a Atsushi que no era visto más que como un objeto.

-Lo lamento.- se disculpó.- También entiendo cómo te sientes, pero–

-¡No sabes nada sobre cómo me siento!- le gritó. Incluso el propio albino se sorprendió de ese arrebato de ira.

Tanizaki por su parte solo permaneció tranquilo.

-Tienes razón, ahora lo sé. Pero aún así, ahora mismo lo lamento.

Tanizaki Junichiro quiere ser perdonado. No importa por quién, él solo quiere pedir disculpas por no haber ayudado a Atsushi antes.

...

Nakajima Atsushi, Shibusawa Tatsuhiko y yo éramos amigos de la infancia hasta que Kenji-kun se trasladó a mitad del año. Desde entonces lo que recuerdo es que todo giraba alrededor nuestro pequeño mundo.

Especialmente alrededor de Shibusawa y Atsushi-kun, quienes volvían a una casa vacía y no tenían padre.

Desde un principio fueron mitades incompletas que juntos encajaban como la pieza que le faltaba al otro. Atsushi-kun era esencial para Shibusawa. Shibusawa era esencial para Atsushi-kun. Ese era el tipo de atmósfera que habían creado juntos.

Recordó cómo es que en donde estaba uno siempre se le encontraba al otro, a veces hablando, abrazados, jugando, etc. Parecía ser que a cada cosa ambos no se despegaban para nada el uno del otro desde la primaria hasta que llegaron a la preparatoria.

El brillante y calmado Shibusawa con el amable y tierno Atsushi-kun. Todo el mundo se preguntaba cómo podían encajar tan bien. Es como dicen, que polos opuestos se atraen al igual que aquellos que han vivido lo mismo.

Otros recuerdos mostraban a manos en sus respectivas etapas escolares, viviendo buenos momentos en el que veía a Atsushi reír de forma genuina que muchos consideraban que era el chico más feliz que haya pisado la tierra.

Nos volvimos estudiantes de preparatoria y fuimos a distintas escuelas. Shibusawa, Kenji y yo empezamos con la música.

Hasta que apareció una pizca de tensión.

Shibusawa empezó un trabajo de medio tiempo para poder comprar una guitarra. A partir de entonces nos centramos en los estudios hasta que Atsushi-kun y él tuvieron una pequeña pelea.

Una pelea infantil en la que gritaron palabras hirientes.

De cualquier manera en que lo mires fue una pelea normal.

Una Historia De InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora