Especial de Chuuya

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Chuuya se encontraba cortando las puntas de su cabello, la razón de ello fue que cuando prendió su cigarro el encendedor estaba muy cerca de un mechón suyo y le quemó las puntas.

-Me quemé el pelo de nuevo.- se quejó dejando las tijeras de lado y acomodándose el cabello en una coleta baja.- Nunca tuve el pelo largo antes.

Es porque lo dejé crecer demasiado.

Recordó cuando Dazai tomó un mechón y sonrió de forma burlona.

De verdad. Ahora no sé cuándo es el momento de cortarlo.

-Hey, chibi. ¿Puedo llevarme tu conector?- preguntó Dazai asomándose en el baño.

-Sí, claro. Como quieras.

-... Quiero atarte el pelo. Déjame.- Dazai habló como si tuviera un gato frente suyo pidiendo ser acariciado.

-¡¿Eh?! ¿Siquiera puedes atar el cabello?

-Pues claro que puedo. Es tan fácil como atar una cuer-

-¡NO!

A pesar del enojo, Chuuya dejó que el de vendas tome su cabello entre sus manos y comenzó a arreglarlo por él.

-Quiero hacerlo lindo.

-Bueno, esto será interesante. Pero intenta pasarte de listo y te aseguro que te mando a tu ataúd de una patada.

-Ah~ De verdad me gustaría pasar el tiempo así. Jugar con tu pelo es divertido.

Cierto, me dejé crecer el pelo por él.

Cuando lo ví ese día, fue como si solo pudiera verlo.

Chuuya era un jóven universitario en aquel entonces, escuchando como unos compañeros se habían metido en una pelea y fue el mismo Dazai quien se metió para detenerla.

Cuando se dió la vuelta Chuuya pudo notar que tenía vendas por todas partes, incluso una que llegaba a cubrir el ojo derecho y un parche en la mejilla izquierda.

Tus ojos se veían fríos como su mirada, era tan fría y severa.

Desde entonces he dejado mi pelo crecer. Desde que lo amo, como un hechizo que quiero mantener.

Tratando de ignorar el sonrojo que cubría la mayor de su rostro, decidió dejar que su mente divague en los recuerdos que tenía sobre él.

De vuelta a cuando conocí a Dazai, él tenía un aura más brutal a su alrededor. Un aura que hacía más complicado acercarse a él.

Por mi parte, el vocalista de mi grupo huyó y los demás componentes empezaron a desaparecer mágicamente. Durante un tiempo estuve confundiendo un poco las cosas hasta que acabé conociendo al prodigio Akutagawa Ryunosuke.

Kunikida lo había llevado a un club, en donde estaba Akutagawa tocando como guitarrista de un pequeño grupo.

Antes de que nuestro vocalista se fuera, había hablado con Akutagawa pocas veces en los conciertos. Él era un guitarrista con una mentalidad fuerte que discutía fácilmente con su grupo.

Había rumores de que su baterista se iba o no del grupo o se desharía.

"Que desperdicio." pensó aquella vez. "Si fuera yo, lo haría sentir como en casa. Hombre, si al menos tuviera una batería lo invitaría a unirse a mi grupo. Pero siendo solo yo es tan lamentable preguntar... Maldita sea, él es genial."

Estaba en la universidad tomando asiento como todos los días, recordando al chico de cabello negro y puntas blancas que consideraba un genio de la guitarra.

Era la primera vez que me iba a dar por vencido. No podía evitar querer hacer mi movimiento sobre Akutagawa... No sean malpensados.

Y seguía maldiciendo el día en el que nuestro vocalista se fue.

-Cualquier resumen adicional, pasenlos de atrás hacia adelante.- la voz del maestro lo había sacado de sus pensamientos.

Volteó hacia la derecha encontrándose con nada más y nada menos que Dazai, quien al parecer estaba sentado todo éste tiempo a su lado y jamás se había dado cuenta hasta ahora.

"¡ES ÉL!"

Estaba bastante seguro de que le había dado un pequeño infarto.

"¡Maldita sea! No puedo quedarme mirándolo para siempre... Espera."

En ese momento se dió cuenta de que había algo entre sus asientos que parecía ser propiedad del de vendas. Era una pequeña mochila en forma de círculo que solo se utilizaba para cierta clase de instrumentos.

Espera un segundo, ¿eso no es un repicador? ¿Eh? ¿Podría ser una batería? No, de ninguna manera. ¿Éste tipo toca la batería?

-Oye, el resúmen.

Pero Chuuya solo se quedó en silencio, tratando de procesar todo.

En ese momento me pregunté si era el destino. Tenía escalofríos mientras mi mente se hundía en un manga shoujo y entraba en pánico. Era el punto álgido de mi vida. Tenía que comportarme como un hombre.

-Oye... De casualidad, ¿tocas la batería?

Eso es justo la pregunta que me he estado haciendo. Por favor no te rías.

Recordó la cara de sorpresa de Dazai, aunque fue una que pasó desapercibida rápidamente.

Era la primera vez que miraba apropiadamente su cara. Su ojo brilló reflejando la luz. Descubrí que era un sutil color rojo. Tras luchar contra viento y marea, ese invierno conseguí reunir a Dazai y a Akutagawa con su ayuda.

Cuando llegó el año nuevo nos habíamos convertido en el grupo que somos ahora. Pensé que era un milagro...

Y comparado con antes... ¡¿Quien iba a decir que tendría a éste tipo durmiendo en mi casa?!

En efecto, Dazai estaba durmiendo de lo más plácidamente en el sofá del pelinaranja, acaparando todo el espacio y en pose de muerto en su funeral.

"¿Debería preocuparme de que tenga esa pose al dormir?"

Dazai comenzó a moverse en sueños, y murmurando algo sobre un "suicidio doble" mientras sonreía como un estúpido.

Vamos, ¡quiero tomar una foto!

Chuuya se cubrió la cara e intentaba con todas sus fuerzas no reír. Sacó su celular y se colocó en cuclillas para poder tomar la foto y tener nuevo material de chantaje. Aunque conociendo al maldito, estaría agradecido por tener una foto para su funeral y se reiría en su cara.

Pero estoy feliz solo con mirarlo. Pero es el momento más destacable de mis días. Pensé que estaba bien con solo enamorarme de él y aún así...

Tomó la foto, aunque esa emoción terminó esfumándose rápidamente. Agachó su cabeza y se mantuvo en esa posición por un rato más.

Aún así... De alguna manera estoy realmente solo. Después de oír la canción de Atsushi...

-Mierda... Quiero tener una novia.

...

Bones, 

De fiel fan a un estudio que animó ésta fantástica serie a la que llamamos Bungo Stray Dogs... Quiero que te vayas a la verga y nos traigan a todos de regreso. Eso o poner el anime en hiatus, créeme no nos vamos a enojar por eso, pero...

¡Te juro de que si Akutagawa y Dazai se mueren voy a darles chanclazos a todos!

Gracias :)

Se despide llorando gaymente,

Salamander.

Una Historia De InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora