OCTAVA NOTA

93 21 5
                                    

Akutagawa se encontraba en su habitación tocando la guitarra más tiempo del acostumbrado, pero la única diferencia era que a su alrededor se encontraban varias partituras en las que parecía estar escribiendo, borrando, modificando, borrando, componiendo, ¿ya dije borrando?

El caso es, tan metido se encontraba en lo que estaba haciendo, y claro que por tener los audífonos puestos, no escuchaba los llamados constantes de su hermana. Gin finalmente se molestó al no recibir respuesta alguna de su hermano, llegó totalmente furiosa a la habitación del dicho abriendo la puerta de un golpe fuerte.

-¡RYU, CENA!

-¿Huh?- preguntó totalmente confundido y a la vez sorprendido por la repentina intrusión de su hermana.

Gin pareció notar todo el desastre dentro del cuarto del menor, juraría que un torbellino apareció en la habitación, y en medio de ésta se encontraba Akutagawa.

-¿Qué?- cuestionó Akutagawa al no entender la reacción de su hermana.

-No me preguntes a mí...

-¿Cena?

-¿Qué demonios es esto?

-No eres quién para hablar Gin. ¿Qué con esa apariencia? Le voy a contar a Dazai-san.

Akutagawa tenía un buen punto, pues Gin solo estaba utilizando un brasier y pantalones.

...

-Ah. Hey, mira.

-¿Esa no es nuestra famosa señorita de la universidad?

-Ah, si estoy en lo correcto, ¿no es una modelo literaria?

-Pero aparte de ser tierna, ¿no se ve como alguien difícil de alcanzar?

Esos y más comentarios escuchaba Chuuya de sus compañeros cada que veían a la chica pasar. La estaban viendo desde una de las terrazas de la universidad y para ser sinceros a Chuuya le daba algo de curiosidad saber sobre esa chica. Personalmente jamás la había visto, pero siempre escuchaba rumores que envolvían a "la señorita de la universidad".

-Sí, lo sé.

-Bueno, en vez de llamarla tierna, creo que es del tipo de hermosa.

"Así que esa es la señorita, ¿eh?" pensó Chuuya al darle un vistazo asomándose por encima del hombro de uno de sus compañeros. La chica era una pelinegra de ojos grisáceos, dándole una escalofriante sensación de familiaridad.

Notó como la chica se detuvo por unos instantes sorprendida para después sonreír con total alegría, además se acomodaba el cabello a una gran velocidad.

-Oh, ¿pasó algo?... Para que de repente se arregle el cabello...

-Ah...

-¡Dazai-san!- gritó la chica feliz al chico que estaba delante suyo.

-Oh...- Dazai dejó de lado al chico con el que estaba hablando para prestarle atención a la de ojos grises que se acercó a él.

Parece ser que se intercambiaron un par de palabras para que luego la chica llevara al de vendas a otro lugar, despidiéndose rápidamente del sujeto con el que estaba hace unos segundos atrás. Claro que, los chicos con los que estaba Chuuya no dejaron pasar esto.

-Ah... Que lindo.

-Claro...

-¿Así que la chica linda con el tipo rudo, eh?- dijo burlón uno de los chicos.

-Con esa chica linda.- continuó el juego el otro.

Pero al estar distraídos con lo que pasaba frente suya no se dieron cuenta de Chuuya. Él... bueno, solo tenía lo que parecía ser un colapso mental.

Una Historia De InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora