DECIMOSEXTA NOTA

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La escena se repitió como si fuese en cámara lenta. Sintieron que se sumergieron en una burbuja que bloqueaba todo sonido ajeno, pues la ruptura de la cuerda era lo único que hacía eco.

Akutagawa, Dazai, Atsushi y Tanizaki se quedaron atónitos al ver aquella guitarra roja con una cuerda rota.

Ah... La cuerda. Oh, no... Esto es realmente malo...

Era un ruido sordo.

Dazai llegó de inmediato hacia donde estaban los chicos, principalmente para evitar que entren en pánico y hagan la situación peor de lo que ya estaba.

-Ah, ¿qué pasa? ¿Qué pasa?- preguntó de forma burlona para mantener todo bajo control.

-¡Ah! ¡¿La cuerda se rompió?! ¡No tenemos una de repuesto!- gritó Chuuya, quien fue rápidamente callado por Dazai cuando le colocó una mano en la boca.- ¡Mph-!

Atsushi estaba en un gran estado de shock, pero era Akutagawa quien se estaba llevando la peor parte. Apenas y era consciente de que su respiración se había vuelto más elaborada a la vez que no tenía un control sobre sus pensamientos o emociones.

-Akutagawa.- le llamó Dazai.- Corre hasta la estación de tren y compra una nueva.

Chuuya aprovechó el momento y mordió la mano del suicida, quien comenzó a soplar y saltar debido al dolor.

-¡¿Por qué luces como si fuera el fin del mundo?!- Chuuya trataba con todas sus fuerzas de no tomar al chico del cuello y arrastrarlo hasta la salida.

Sin embargo, esas palabras lograron sacar a Akutagawa de su, casi, ataque de pánico.

-Si está rota solo hay que arreglarla, ¿cierto? También lo hiciste la primera vez. ¿No fuiste tú quien se la arregló aquella vez?

El recuerdo de la primera vez que se conocieron cruzó su mente por unos breves segundos solo logrando que la culpa en su pecho aumente.

¿Culpa? ¿Culpa de qué?

Por hacer a Atsushi triste.

La guitarra... ¿Puedes arreglarla?

¡Claro que puedo!

-¡Ya voy!- salió corriendo a toda velocidad.

-Dazai-san.- le habló Gin al hombre.- ¿Está todo bien?

-Uhm, lo siento Gin-chan, ahora no es un buen momento.- le respondió de forma educada.- Lo siento.

Los integrantes de la banda se fueron a los camerinos para que ellos pudieran esperar su turno y a Akutagawa.

-... Cuida de Ryu...- susurró.

...

Akutagawa había logrado llegar hasta la tienda de la estación, en donde por milagro logró encontrar las cuerdas de guitarra y pagó rápidamente en la caja antes de volver a correr hasta el evento.

Sus pulmones le estaban reclamando de que estaba haciendo un gran esfuerzo y él no estaba en condiciones, pero entendió que Dazai y Chuuya lo habían mandado a él específicamente porque Atsushi estaba bastante dolido por sus palabras y no iba a saber que tipo de cuerdas necesitaba.

Sí, otro golpe bajo para el seguidor de Satanás.

¡Soy un idiota!

Terminó chocando con un señor que iba caminando, pero Akutagawa no tuvo el tiempo para detenerse o pedir disculpas.

Yo fuí quien le dijo que cantara.

Varias imágenes del chico llegaron a él, siendo la mayoría de cuando pasaban el rato juntos y practicando con la guitarra.

Una Historia De InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora