CUARTA NOTA

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Otro día había llegado, un nuevo día en el que los estudiantes se sentirían como si estuvieran en una prisión. Actualmente era la hora del descanso y Akutagawa estaba jugando basketball en el gimnasio junto a otros compañeros, pero tan metido se encontraba en sus pensamientos que no notó a Tachihara frente a él. Tanizaki saltó creyendo que Akutagawa iba a lanzar el balón en la canasta, pero el pelinegro se estrelló contra él, dejando fuera de equilibrio al pelirrojo y Akutagawa cayendo de lleno en el suelo.

-Aku, ¿por qué has estado distraído desde ayer?- preguntó Tachihara mientras ayudaba a Akutagawa ofreciéndole una mano para que pudiera levantarse.

-...Ah, solo...- apartó la mirada al aceptar de manera inconsciente la ayuda de su compañero.

Al notar que Tachihara le ayudó se alejó de él de manera cortante, tomó su toalla que se encontraba olvidada en el piso y se limpió el sudor que traía acumulado en su frente y cuello.

"Ahhh estoy curioso honestamente" pensaba enojado y se veía que en sus ojos cargaban cansancio y curiosidad. "No he estado ahí desde ayer. Tuve el presentimiento de que estallaría si iba y ser presionado."

-Cambia por mí.- dijo cortante a un compañero cualquiera que estaba a su lado.

"Pero tengo el presentimiento de que él definitivamente está esperando... Y de seguro con esa mirada de gato abandonado en sus ojos."

En este punto Akutagawa salió del gimnasio a pasos nerviosos y apresurados, imaginándose que el chico tigre estaba esperando por él en las escaleras como los días previos.

-Mierda...

"¡¿Por qué siento que hice algo mal?!"

Akutagawa finalmente llegó al área de las escaleras de su escuela, pero al monte en el que entró se llevó una gran sorpresa. El albino no estaba ahí.

"¿Qué?... ¿No está aquí?"

Cubrió su boca con su mano tosiendo un poco por la repentina carrera que tuvo que hacer desde el gimnasio hasta donde se encontraba, pero su mirada cambió a una totalmente preocupada y aún más nerviosa al no encontrar al albino durmiendo o esperando por él en las escaleras.

"Espera, espera, ¿por qué estoy preocupado?"

Pensó dándose cuenta de que sus pensamientos no son como usualmente los recuerda. Estaba bastante seguro de que el chico tigre no le agradaba para nada y ahí estaba él preocupándose de dónde puede estar el albino en esos momentos.

"¿Acaso se rindió? Supongo que tampoco ha venido ayer u hoy, pero..."

No pudo evitar ese impulso de preocuparse por el chico tigre, y sin darse cuenta volvía al sitio en el que proclamó es su "lugar para siestas". Pero pasaban los días y el albino todavía no daba señales de vida, ni siquiera lo había visto a las horas de entrada, descanso y salida. Era como si un hoyo se hubiera abierto y el albino fue tragado. Eso en verdad le dejó fastidiado y confundido al pelinegro.

-Akutagawa, cierra la boca que las moscas se pueden meter.- habló de forma burlona Dazai para ver si captaba la atención del distraído Akutagawa. Plan que fue un fracaso.- Oye~...

Dazai picaba la frente de Akutagawa solo para asegurarse de que si estuviera vivo. Desde que el pelinegro había llegado a su trabajo en el minisuper en el que ambos trabajaban, se le veía demasiado distante y se notaba que algo le andaba carcomiendo la mente. Y no era primera vez que lo hacía, igual en los ensayos se encontraba de la misma manera. Chuuya se estaba preocupando por su salud mental y Dazai lo estaba disfrutando al máximo.

Una Historia De InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora