Una Historia De Invierno

SEXTA NOTA

Era un hermoso día de invierno, la nieve caía del cielo con total calma cubriendo las calles y construcciones en una ligera capa blanca. El semáforo cambió sus luces, apagando la de color rojo y dando vida a la verde.

Un chico albino de ojos particularmente diferentes a lo común caminaba por el cruce sosteniendo con firmeza el estuche de guitarra que cargaba contra su pecho. Cada suspiro que daba era visto debido a las bajas temperaturas en las que se encontraba expuesto. Vagaba sin destino alguno, totalmente perdido en sus pensamientos.

"No estoy solo. Aunque no pueda volverte a ver, aunque sigo... todavía sin encontrar las palabras para decirlo. Seguiré... Aferrándome... A esta cosa... Qué tanto apreciabas."

Dejó salir un suspiro, su corbata azul le proporcionaba un poco de calor, pero aún así sentía que no podía albergar nada cálido en su interior. Viendo todas las parejas en las calles no le hacía sentir mejor. Seguía tarareando aquella canción que se encontraba siempre atascada y reproduciendo en su cabeza sin parar.

"Es una historia de cierta mañana en un cierto invierno..."

...

Chuuya se encontraba esperando en una de las barras de la universidad a la que atendía. El sonido del motor de una motocicleta que conocía particularmente bien le dio a entender que cierto castaño con vendas había llegado.

Dirigió su vista al sitio donde el motor se escuchaba más fuerte y en efecto era el amante de los suicidios, pero no le sorprendió que dé nuevo traía a una chica en la parte trasera del asiento.

-¿Puedes bajarte?- le preguntó Dazai a la chica mientras le ofrecía una mano para que pueda bajarse.

-Gracias.- respondió la chica en una suave y encantadora voz.

Chuuya veía la escena con una pequeña sonrisa nerviosa mientras su mente trataba de no entrar en un colapso mental. La chica se quitó el casco al igual que Dazai, revelando sus cabellos negros y ojos plateados.

-Tu cabello se está enredando.- le dijo Dazai a la chica mientras le ayudaba con su pequeño problema.

Chuuya ahora mordía el cuello de su camisa, aguantando las ganas de ir donde el castaño y ahorcarlo con las vendas de su cuello.

-Oh.- Dazai pareció notar la presencia de Chuuya, y como claro buen amante de los suicidios, decidió molestar al de baja estatura como suele hacerlo todos los días. - ¡CHUUYA!~

"¡Vete a joder tu maniático de los suicidios maldito bastardo!" maldijo en su cabeza ahora que tenía la atención del castaño.

-Nos vemos después~

-¡¿Cómo que después?!- preguntó indignada la chica. Bien sabía que Dazai era un mujeriego y prefería correr de los problemas que resolverlos.

-¡Asegúrate de ir a clase~!- le dijo a la chica con su actitud despreocupada mientras iba corriendo a donde se encontraba Chuuya.- ¡Hey Chuuya~!, ¿cómo has estado?~

La única respuesta que recibió fue silencio. El pelinaranja se encontraba reposando su rostro en sus manos, parecía evitar la mirada del castaño.

-¿Recibiste el mensaje de Akutagawa-kun?- preguntó el de vendas con la esperanza de que Chuuya le hablara.

-Claro que sí.- contestó desganado Chuuya mientras destapa su cara, dejando a la vista sus ojos azules.

-Él dijo que quiere que le permitamos a Atsushi-kun a la banda.- mencionó Dazai mientras tomaba asiento a un lado de Chuuya.