cuando pusieron a seungmin y jeongin en pareja esperaban que pasara de todo, menos que terminaran enamorándose.
:: reality/non idols -au.
:: capítulos cortos.
:: + otros idols/artistas.
:: minúsculas intencionales.
:: portada: kageyama tobio,
sho...
finalizado el turno de la noche, el equipo conformado por seungmin, chenle, changbin y hyunjin fue el que volvió a ser seleccionado como el perdedor, siendo avisados que si para el viernes seguían manteniendo ese vergonzoso nivel deberían nominar a dos compañeros para la eliminación.
habían estado teniendo problemas en tareas simples que, a este punto, deberían hacer de manera casi automática, como la cocción de la carne o incluso la pasta, dos de las cosas que les estuvieron dando problemas a changbin y chenle respectivamente.
todos estaban estresados y asustados, errores como esos los ponían en riesgo de eliminación directamente. por más que fueran todos amigos, sus compañeros no dudarían en nominarlos porque era evidente que se lo merecían, y a jinyoung tampoco le pesaría el tener que mandar a su casa a alguno que no hubiera podido lograr un plato de pasta o un wellington.
en las habitaciones podía sentirse la tensión que el equipo tenía, y aunque el contrario tampoco podía relajarse demasiado, ésta vez trataban de calmar a los demás. era evidente que la salida de uno iba a darse más temprano que tarde, pero no tenían por qué sufrir esos días allí.
dos eran los únicos que iban a llegar a la final, así que, por más que todos soñaran con ser uno de los dos elegidos por yoon para pelear por el título y premio, sabían que sería a costa del sueño de sus amigos.
—no te preocupes, seung— lo intentaba consolar jeongin, que sentía su propio pecho oprimido al ver al castaño tan angustiado por su futuro en la competencia. le había dicho que creía estar pasando una racha de malos servicios. "los peores", según él. —no lo hiciste mal, no fue un buen día para el equipo, pero vos en específico estuviste bien— decía.
—ni cuando comenzamos tuve un servicio tan malo como el de ésta noche— insistía él, que, acostado en el sillón del patio, fijaba su vista en la luna que se dejaba entrever por encima de la pérgola que cubría el asiento.
—no es verdad— chasqueó la lengua yang, que acariciaba el cabello del mayor, pues le había insistido en que podía apoyar su cabeza sobre sus piernas, con la intención de relajarlo un poco, o el menos distraerlo, en lo que intentaba convencerlo de que yoon no lo eliminaría a él esa semana. —no lo hiciste mal. mirá, al menos a vos no se te pasó el arroz del risotto... tres veces seguidas— se refirió a su propio error.
el azabache seguía sin poder creer que había fallado tantas veces en la preparación de uno de sus platos favoritos. jinyoung no había estado nada feliz con eso, agradecía que no fue su equipo el perdedor, sino sería él quien se tendría que preocupar.
—son errores bobos, pero pasan siempre. son segundos los que uno se descuida y arruina el plato— respondió. —servir carne cruda es cosa de minutos enteros. ni siquiera podía pasar por bleu eso—
—si tampoco estaba tan mal— contestó a la exageración de kim.
—cuando dije que lo sentía, yoon me dijo que le pidiera perdón a la vaca que mataron para que yo hiciera "esa mierda"— sin quererlo, se le salió una risa al menor. —¡no te rías, me hizo pedirle perdón al filete!— se quejó, aunque él también se reía.
—¡es que de eso me rio!— exclamó, intentando defenderse. —justo te vi hablarle a la carne hoy. casi me quemo por reírme de vos en la cocina—
—ah, qué lindo. riéndote de mí y mis desgracias— seguía reprochándole, fingiendo estar molesto.
a jeongin le era imposible no soltar una carcajada al recordar lo de esa noche. seungmin quería parecer molesto, pero se imaginaba a sí mismo y le era imposible no hacerlo también.
era ya tarde, así que intentaban no hacer mucho escándalo ahí en el patio. no sabían si el resto seguía despierto, quizás comiendo, o si ya se habían ido a dormir. tampoco estaban seguros de cuánto tiempo había pasado desde que habían terminado el servicio y de grabar. ni siquiera habían parado a comer algo con los demás, apenas apagaron las cámaras, se dirigieron a ese banco en el exterior.
primero seungmin, frustrado; y detrás suyo jeongin, que ya tenía la idea de ir a darle ánimos por los resultados bajos de su equipo.
—al menos nos estamos riendo— destacó el más joven, feliz de ver que el mayor ya no estuviera repitiendo los errores que había tenido en el día.
—sí... gracias por eso— dejó de ver hacia la luna, para voltear hacia el azabache. —por seguir haciendo chistes con lo de la vaca, y seguir por acá—
—no es nada, seung— le respondió, algo sorprendido por el agradecimiento.
—para mí sí, y sentí que debía agradecerte— alzó su mano, para posarla sobre la del contrario, en su propia cabeza. —que estés acá todavía ya significa mucho para mí, jeong—
yang soltó una risita nerviosa, algo avergonzado por lo dicho.
le agradaba saber que kim se sentía así con él, pero no estaba listo para escucharlo tan directamente. le ponía nervioso sentir la mirada del castaño tan fija sobre él, así que con la mano que tenía libre le cubrió el rostro, agachando su cabeza a la par, apoyando sus frentes.
—¿tengo que tomar esto como un "gracias"?— se rio el mayor. no retiró la mano del azabache de su rostro, tampoco se movió. disfrutaba el momento, y poder alejarse del drama del reality y la competencia lo relajaba. era agradable pasar momentos así, más si eran con jeongin.
no lo iba a hablar con yang, al menos no en ese momento, pero iba a atesorar esos momentos y guardarlos en su memoria, por si al final sus sentimientos no iban a llegar a más. si lo pensaba bien, prefería sólo conservar los buenos recuerdos vividos juntos que perder la amistad que por fin estaban logrando entablar. kim no quería echar a la basura todo lo sucedido y hablado en esas largas semanas.
—supongo que sí— asintió, murmurando. seguían pegados, así que realmente no hacía falta que elevara la voz. —me está dando hambre, vamos a comer algo— lo soltó, empujándolo para que se levantara.
seungmin volvió a reírse al darse cuenta que seguía nervioso, pero le hizo caso, siguiéndolo hacia adentro, pues él también comenzaba a sentir hambre. mucho había pasado ya desde su última comida.
también se iba haciendo hora de que fueran a costarse, sino se les haría demasiado tarde y no podrían descansar lo suficiente para el reto de la mañana.
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