➥ HELL'S KITCHEN % seungin.

treinta y siete

— TREINTA Y SIETE: "SIESTA"

seungmin se despertó de golpe, extrañado, hasta que entendió que, después del almuerzo se había quedado dormido. no recordaba cuándo ni tenía idea de cuánto tiempo habría dormido, aunque se seguía sintiendo cansado.

así como tardó en darse cuenta que había estado durmiendo durante la tarde, también tardó en recordar que había estado hablando con jeongin, y que el mismo estaba acostado detrás suyo.

se quedó quieto, procesando lo que estaba pasando. yang jeongin, quien lo tenía hecho un desastre de emociones, estaba durmiendo con él. podía sentir el peso del más joven hundiendo el colchón, el calor de su cuerpo contra su espalda y -aunque le tomó todavía más tiempo- el brazo del azabache sobre el suyo propio.

no podía decir que era un abrazo como tal, pero si estaba aferrado a su brazo.

intentando no moverse demasiado brusco, se acomodó, buscando entrelazar los dedos de su otra mano con los de yang, volviendo a dormirse a los pocos segundos.

[ . . . ]

—¿vos viste esto?— llamó felix a hwang, haciéndole señas para que se apurara a llegar a su lado, dejándole espacio para que viera lo mismo que él.

—esto es culpa de minho y jisung— dijo. —ahora vamos a perder la apuesta con ustedes— se quejó, cerrando la puerta, para que no fueran a escucharlos y atraparlos espiando. lee empezó a burlarse de él, a la par que golpeaba la madera, llamando a sus compañeros. cuando estaban en el jardín se había acercado una sous chef a avisarles que se les iba a hacer tarde para preparar las cocinas.

—a ver cuánto tardan en salir— soltó una última risa, esperando que la situación en la habitación no fuera embarazosa, aunque disfrutaba de poder molestar a sus compañeros.

el australiano tenía su delantal en una silla del balcón, pues lo había dejado ahí para que se secase después de mojarse lavando las ollas del reto matutino; pero hwang tuvo que esperar unos cuántos minutos hasta animarse a entrar al cuarto, esperando no interrumpir ni llegar en un momento incómodo.

para su suerte, lo único que vio fue a seungmin aún en la cama, intentando despabilarse, mientras yang que ya se había levantado, buscaba su propia ropa.

—¿descansaron?— preguntó, con cierto tono burlón. no quería tampoco comentarles que los habían visto dormir juntos, pero podía permitirse bromear un poco y dejarlos con la duda de si él y felix sabían o no. —se viene una noche intensa... va, como todas las noches de viernes—

—es tan estresante. quiero que ya se termine, pero a la vez no quiero irme nunca— comentó kim, tapándose el rostro con ambas manos.

los dos estuvieron de acuerdo. se sentía casi irreal. el haber pasado tanto tiempo ahí, y que ahora faltara tan poco para que llegaran al final. los servicios se les hacían eternos, pero las semanas tan cortas.

—bueno, apúrense porque si no, no llegamos y nos van a rajar a todos ésta noche— el castaño apenas estaba empezando a levantarse de la cama cuando el rubio ya había terminado de abotonar su delantal, y el más joven se había quedado mirando hacia el suelo, con la ropa a medio abrochar.

asintieron, apurando el paso para bajar junto con los dos mayores a la cocina y empezar con el trabajo, preguntándose qué tan sobre la hora llegarían minho y changbin.

para suerte de todos -sobre todo de los dos jóvenes-, no llegaron muy tarde, así que se pudieron sumar a la cocina poco antes de que terminaran de alistar las cosas para la noche, que comenzaría dentro de poco menos de media hora.