➥ HELL'S KITCHEN % seungin.

treinta y ocho

— TREINTA Y OCHO: "TAL PARA CUAL"

si antes la mente de yang era un desastre, ahora estaba peor.

lo había atacado una oleada de nostalgia. pensaba en su madre, sus hermanos. ¿estarían orgullosos de él? no tenía dudas de que sí, sabía que estaba demostrando lo lejos que podía llegar, que la cocina no era sólo un sueño infantil o un pasatiempo de los domingos por a la tarde, era algo serio. más bien la pregunta era, ¿era suficiente? ¿si se iba esa semana, sería suficiente para conseguir un trabajo, poner un restaurante, ayudar a su madre que tanto merece un descanso, o habría sido todo en vano?

lo angustiaba pensar la posibilidad -aunque remota- de que sus esfuerzos no hubieran sido suficientes.

por otro lado, lo mismo de cada semana: la tristeza de haber despedido a un compañero, a un amigo. al menos, estaba feliz de que hyunjin haya tenido esa segunda oportunidad de demostrar más. sabía que podría volver a verse con christopher, y que él estaría orgulloso también de todo lo que logró después de su eliminación, pese a las flaquezas iniciales.

y después, probablemente lo que más le estaba afectando aparte de la tristeza de seguir lejos de su hogar: seungmin.

había pasado demasiado en los últimos días. el dormirse con él, después descubrir que lo había medio-abrazado y que se habían tomado de la mano, el abrazo antes de la eliminación del viernes.

ya no sentía tanto la ansiedad de "¿sentirá lo mismo?", porque le parecía bastante evidente que algo de su parte había. no era una sola acción que podía llegar a malinterpretar, ya eran varias a lo largo de semanas. más bien tenía miedo de hacer algo al respecto.

seungmin aún podía rechazarlo, o no estar seguro de querer concretar una relación, quizás no era un buen momento para hablar de sus emociones, o quizás yang nunca sería capaz de encontrar el momento indicado. si nunca se animaba a hablar con el castaño, si nunca se confesaba, ¿el otro podría hacerlo? para él, sería más fácil simplemente decir "sí", pero, podía nunca llegar el momento; kim podía no animarse, como él.

además, no se sentía tranquilo teniendo que esperar algo de seung. lo quería, le había tomado muchísimo cariño a lo largo del reality como para creer que estaría bien sentarse a esperar. él quería demostrarle al chico lo que sentía, que para él valía mucho. aunque fuera evidente, necesitaba demostrarle que su pensamiento había cambiado desde las primeras semanas hasta ahora. seungmin lo merecía.

toda la semana tuvo eso en mente. no volvieron a tener otro momento como aquel a la hora de la siesta, tampoco lo comentaron ni intentaron fingir que no pasó. sólo siguieron, sabiendo que ambos lo pensaban, pero sin intentar nada.

entre el reto matutino que había ganado seungmin y el servicio de la noche del jueves donde ninguno estuvo especialmente fuerte, yang y lee tuvieron una charla.

jeongin quería saber qué opinaba minho, siendo el único con algún tipo de experiencia romántica, el único que había llegado a algo. en realidad, si lo pensaba bien, era deprimente ver cómo eran varios los que se habían enamorado durante el reality, para que al final una sola pareja hubiera concretado algo, aunque no habían llegado a formalizar.

le repitió todo su discurso sobre lo que el mayor merecía y sus dudas sobre cómo actuar, o si debería hacer algo si quiera.

él lo escuchó en completo silencio, algo sorprendido por cómo aprovechó los minutos que estuvieron solos lavando los platos, mientras el resto disfrutaba de la calidez del sol de mediodía. dudaba que hubiera respirado en algún momento.

—bueno...— dudó un momento, intentando poner en orden toda la historia y buscando un buen consejo para el más joven. en realidad, aunque estaba de acuerdo con que él y jisung eran los únicos que habían llegado a "concretar algo", no se sentía ni cerca de estar preparado para dar consejos, ni siquiera se habían declarado apropiadamente. —entiendo tu deseo de que sea especial, pero quizás estando acá no puedas hacer mucho... no es de malo, pero es que del lado de la cocina no es un lugar muy lujoso— mencionó, cuando notó que se desanimaba.