-El Eco de los Susurros Fantasmales-

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Ace había llegado por fin a la isla de la noche. Todo estaba oscuro; había comprado algunas cosas y simplemente se iría. No quería interrumpir su camino, pero era curioso. Acababa de dejar todo lo que necesitaría para dos meses en el barco cuando escuchó unos golpes, como una especie de pelea.

-Ten cuidado, Ace-, Deuce le susurró y volvió a desaparecer. ¿Por qué tendría que tener cuidado? Él sabía cómo hacer esto, podía defenderse solo.

-Vale-. Cuando Ace se acercó para ver qué eran esos sonidos, se encontró con un hombre apuñalando a otro en el suelo, como si fuera una especie de animal. Usualmente, lo dejaría pasar y no se metería; estas son cosas de la piratería. Pero él, dentro de su ser, sintió que algo se revolvía. Si dejaba a ese hombre matar al que iba vestido de blanco, entonces la culpa se lo comería por alguna razón.

-No te metas, Ace-. No estaba seguro cuál de sus chicos le había dicho eso, pero él no quería dejar al cocinero. Se sintió como si un gruñido saliera desde el fondo de su garganta.

-Oye, déjalo-. Ace sintió como si fuera un conejo frente a un lobo porque ese tipo tenía una mirada asesina en sus ojos, algo redondo en una de sus manos. Esperaba que eso no fuera un órgano porque no sabía unir órganos de regreso a su lugar y eso sería jodido.

-¿Quién carajos eres tú?-. Ah, bueno, su voz era asquerosa. Ace tenía un poco de miedo. Esto era como si se estuviera enfrentando a una especie de enemigo natural, pero había aprendido en la jungla que no tenía que dar tiempo para pensar, tenía que acabarlo de una vez.

Ace no le dio ningún tiempo para reaccionar. Se lanzó hacia adelante con el puño en fuego, atravesando el cuello. Esperaba acabar con él de una vez. No esperaba que el ataque fuera tan efectivo que la cabeza del tipo salió volando hacia arriba. Ace la vio caer en frente de él. Ha hecho muchas cosas raras en su vida, pero por alguna razón, que la cabeza cayera del aire y saltara la sangre le sacó un saltito y un gritito.

-Ay, mamá-. Ace se puso la mano en el pecho. Frente a él, vio a Deuce con la palma de la mano en la cara. El fantasma desapareció cuando escuchó una risa ahogada. Ace se dio la vuelta para encontrarse con un hombre con el cabello en forma de pan.

-¿Qué eres? ¿Un bebé?-. La sonrisa del hombre era dolorosa. Ace se acercó en silencio y se agachó. -Gracias por matarlo antes de que se comiera esa fruta. Habría sido catastrófico. ¿Podrías llevar mi cuerpo a mi familia?-. El de cabello castaño le sonrió amablemente a Ace.

-No te vas a morir... eh, ¿Deuce?-. Ace miró al aire; Deuce apareció con una sonrisa. -Tú eres médico, ¿qué se supone que hago?-. Ace miró al castaño que lo miraba como si estuviera delirando.

-Quémale la herida para que deje de sangrar-. Ace sisó de dolor ante las palabras de Deuce. Fue rápido; tomó las muñecas del hombre y llevó su otra mano a la herida, encendiendo su fuego siguiendo las instrucciones de Deuce.

-¡Qué carajo!-. Thatch trató de luchar, pero la herida ya se había cerrado. Ace lo soltó y saltó hacia atrás un poco asustado por haber lastimado demasiado al hombre.

-Perdón, perdón-. Ace levantó las manos como si eso de alguna manera ayudara en algo.

-¿Oh?-. Thatch se dio cuenta de que dolía, pero ya no perdía sangre. ¿Significa que no moriría?

-¿Qué hago ahora?-. Ace parecía en pánico hablando con lo que parecía ser el aire.

-Si no quieres que muera, debes llevarlo al barco y dejarlo dormir. Además, tenemos que darle sangre. Bueno, te dejo, voy a dormir-. Ace se quedó con las palabras en la boca. ¿Eso hacían cuando se iban? ¿Se dormían? ¿Los fantasmas duermen?

-¿Eres esquizofrénico?-. Ace abrió la boca como un pez y el rojo subió a su rostro. Ahora, el de cabello castaño apenas se daba cuenta de que este chico parecía realmente joven.

-Hablo con fantasmas-. Ace sentenció.

-Me salvó un loco-. Thatch se había rendido con esta vida de mierda. -¿Me vas a llevar a tu barco y más vas a partir para comerme como los caníbales de este lugar?-. Thatch bufó. Él mismo había cocinado carne humana para varios de sus hermanos, pero ciertamente no tenía ningún fetiche con ser comido.

-He comido gente, pero estoy seguro de que no te comería. No eres mi tipo-. Thatch no sabía si reír o llorar por eso. -Te llevaré a mi barco, te dejaré ir cuando estés sano y tú me ayudarás a... ¿aprender a cocinar? ¿Eres un cocinero? Sabes, he vivido solo de carne cruda-. Ace se rascó la nuca y luego ayudó al hombre a levantarse. Thatch se aseguró de llevar la fruta del diablo consigo mientras comenzaban a caminar hacia el barco.

-¿Cómo es que estás vivo? Eso debió enfermarte y matarte hace mucho-. Thatch se rió de eso.

-Supongo que por mi fruta del diablo. He vivido mucho tiempo en la jungla; tal vez también eso-. Ace divagó mientras subían al barco. -Oh, soy Ace, navegante-.

-Oh, claro. Sí, Thatch, cocinero-. Ace sonrió mientras llevaba al hombre a una cama y lo dejaba descansar. Kotatsu entró ronroneando y se subió en la cama del lado, la cama de Ace.

Él es mi bebé. Ponte cómodo, yo voy a cambiarme esto. No es por denigrar, pero no quiero estar cubierto de tanta sangre - Ace se sacó la camisa y se dio la vuelta para cambiársela. Thatch casi se atraganta cuando se dio cuenta de que este niño era ni más ni menos que un comandante de su familia.

Linda marca - Trató de sonar sutil.

Oh sí, apenas tengo dos días con ella, pero no es muy importante, ya sabes. No creo mucho en estas cosas - Ace se rió mientras se sentía más cómodo y limpio.

Claro... claro - La mirada de Thatch se oscureció cuando Ace salió del cuarto.

Cuidado, cuidado, cuidado, cuidado.

Bohemio[TERMINADA][Corregido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora