Capítulo 15

7 0 0
                                    

Carolina Isabella Caballero Beltrán

Monterrey, México

Me encontraba muy enojada y más me valía ser una buena actriz como para disimularlo, porque de lo contrario era seguro que iba a echar todo a perder y eso no podía pasar de ninguna manera. El resto del camino al lugar en el que íbamos a cenar, lo pasamos en silencio y por mi mente solo pasaba que ahora este señor hasta había pedido que tiráramos mi mochila, pero no era culpa de Axel David porque realmente no se pudo hacer nada.

–Hemos llegado al restaurante – dijo Don Lorenzo – bajemos para cenar, aunque ustedes no están muy presentables que digamos, lo bueno que los dejarán pasar sin problemas, al venir conmigo.

–Claro papá, danos un momento – dijo Axel David – ahorita te alcanzamos.

El señor se veía que no aceptaba una negativa en su vida, que le tenían que dejar hacer lo que se le diera la gana, como si fuera el dueño y señor de todo. No me hubiera gustado ser hija de Don Lorenzo.

–Sí, hijo, ya sabes, nos vemos en la mesa de siempre.

Don Lorenzo se alejó y quedé sola con Axel David, me veía horrible de seguro por haber llorado y eso no era lo peor. Lo peor era que no tenía ni mi bolsa de maquillaje para poder retocarlo porque todo estaba en mi mochila y lo único bueno es que alcancé a guardar en mi teléfono el papel con el teléfono y la dirección de Tania, la tía de Vera. Axel David me atrajo a sus brazos y al momento de abrazarme, todo dejó de existir y extrañamente me relajé.

–Lo siento Isa, en serio lo de tu mochila – me dijo un poco bajoneado – mi papá es así, ya lo estás viendo. Por favor, trata de estar bien en la cena y yo te prometo que te compraré toda la ropa que quieras mañana.

–No será solo la ropa, sería todo lo que traiga en mi mochila, eso sería lo más justo. Y deja de llamarme Isa, no se te vaya a ocurrir decirlo delante de tu padre.

Para eso le había dicho mi primer nombre, para que no tuviéramos problema con eso de lo de su papá con respecto al nombre de Isabella, no me había explicado nada, pero si era importante para él, debía serlo para nosotros también y que no saliera a la luz ese nombre al que su padre aborrecía, pero a mí me encantaba.

–Está bien, todo lo que traes en tu mochila y algunas cosas que te hagan falta. Ahora vamos a entrar y verás que el lugar te encantará, desde aquí se ve el cerro de la silla, te va a encantar Caro.

–Claro, vamos a entrar.

Me peiné un poco mi cabello con mis manos y al entrar Axel David y yo al Lingote, un lujoso restaurante, la gente se nos quedaba viendo extrañados porque tanto él como yo estábamos vestidos muy casualmente, pero traté de ignorar eso y en unos momentos que parecieron ser eternos, estábamos sentados con su padre, en una mesa súper exclusiva que quedaba como dijo Axel David, de frente al cerro de la silla, era una vista increíble.

–Carolina, este es uno de los mejores restaurantes de Monterrey y creo que la ocasión lo amerita, miren la carta de vinos por si quieren que pidamos alguno – dijo Don Lorenzo – yo creo que ni el mejor vino le hace justicia a esta especial ocasión.

El padre de Axel David es demasiado enérgico en todo lo que dice y hace, es como un general, como un militar, parece que tiene todo milimetrado, espero no cometer ningún error y que Axel David tampoco lo cometa, de todo esto depende nuestro futuro, ya sea, juntos o separados.

–Claro papá, sé que estás sorprendido por la forma en la que se han dado las cosas entre Caro y yo – dijo Axel David y tomó mi mano – ella y yo, estamos destinados a estar juntos, ella es la mujer de mi vida.

Ahora es cuando debo intervenir yo, al señor le tenía que quedar claro que estábamos enamorados y que nadie nos iba a poder separar, ni siquiera esa exnovia de su hijo.

–Sí señor, sé que todo le debe de parecer raro – improvisé – pero tengo tiempo enamorada de su hijo, es solo que él andaba de novio con esa chica Paula y no se había dado lo nuestro.

–Vamos a ordenar champaña para brindar por esto y espero saber esta noche la historia de cómo se conocieron y se enamoraron ustedes dos.

Esa historia ni siquiera la habíamos acordado, parece que cada vez nos vamos metiendo en terreno que no planeamos. No tengo ningún inconveniente en que le digamos la verdad, así suceden las cosas y puede resultar una muy buena historia de amor, como para una telenovela.

–Claro que sí, papá.

El señor Lorenzo y Axel David ordenaron la cena, la champaña y yo no sé cómo le iba a hacer para tomar, yo no suelo ser alguien que tome ni una cerveza. Ahora vería como es que iba a salir de esto y bien librada porque el señor Lorenzo no iba a permitirme que no tomara nada.

–Bien, tomen sus copas, chicos – dijo Don Lorenzo – hoy brindamos por ustedes y porque espero que su relación de frutos y que pronto me hagan abuelo, quiero estar en la mejor forma posible para cuando lleguen mis nietos.

Wow, creo que el señor Lorenzo va demasiado rápido, no quiero que esto se nos vaya a salir de las manos, yo lo único que quiero es mi parte de la cafetería, por el momento no se me había pasado por la mente eso de casarme y tener hijos. Y nosotros ni siquiera estamos bien en esta supuesta relación.

–Por nosotros – dijo Axel David – perdona papá, pero nosotros queremos ir lento. Carolina y yo estamos disfrutando apenas de la relación.

–De acuerdo hijo, ahora sí quiero que Carolina me cuente como es que te conoció de seguro que ha sido en uno de los eventos de nuestra sociedad, pero es extraño que yo, a ella, nunca la había visto antes.

Yo estaba por decir algo, pero Axel David se adueñó de la plática y no me podía imaginar lo que le iba a decir ahora a su padre. El señor Lorenzo Garza era una persona muy perspicaz y yo estaba temblando por lo que me tomé muy rápido esa cosa de la champaña para bajar mis nervios, no la quería regar para nada, pues me estaba jugando todo aquí.

–La conocí en el casino, papá. Ahí la vi por primera vez y ahí me enamoré de ella. Ella estaba ahí como toda chica de primera clase, acompañada de sus padres.

Esperaba que el señor no quisiera conocer los detalles, era mi primera vez en Monterrey y definitivamente no sabía a qué casino se refería Axel David, me quedaría callada y que él contara como había sido nuestro primer encuentro.

Apuesta por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora