Axel David Garza Cantú
Mexicali, México
Después de pasar una semana con mi primo Dorian en Mexicali, justo ahora que es nuestra última noche en Mexicali, las cosas se ponen interesantes para mí. Esta chica guapísima de la cafetería me persigue y no conforme con eso, me roba un beso que primero yo se lo correspondí y al instante siguiente, la detuve.
–Un momento, no me conoces y no sé sinceramente a qué viene esto – le dije al separarla de mí – estás muy guapa y todo, pero no estoy interesado y lo digo en serio.
–Eso no es cierto – me contradijo – te vi mirándome en la cafetería y además yo quiero conocerte.
Esta chica estaba desatada, nunca hubiera esperado que alguien se me lanzara de esta forma. Yo no estaba interesado ahora en nadie, más bien por el momento no quiero saber de ninguna relación. Ya con lo de Paula había tenido suficiente. Estaría loco si me meto en una nueva relación y más con una total desconocida.
–Qué bueno, pues yo no y deja de parecer una acosadora sexual – la solté y seguí caminando – no te queda hacer ese papel.
Me alejé un poco de ella y al instante reapareció a mi lado, quedamos debajo de la luz de uno de los faros de la calle y entonces la pude ver bien, la chica estaba preciosa, era un poco más baja de estatura que yo, tenía unos hermosos ojos azules, un cabello rubio hermoso y debajo de esos vaqueros y de la camisa de la cafetería podía ver que se escondía un cuerpo hermoso en todos los sentidos, ella se cruzó de brazos indignada.
–No dejaré que hagas esto, no dejaré que no me quieras conocer – dijo muy segura de ella misma – además, bien que te ha gustado el beso que nos hemos dado.
Ella había iniciado el beso y por un momento le correspondí, no lo niego, pero eso fue todo, yo no la besé, ella me estaba persiguiendo como una lunática. Por lo que debo parar esto de inmediato. Ella no me va a arrastrar en esta locura.
–No, un momento – le aclaré – tú me besaste y yo por educación te respondí y eso ha sido todo y no puedes obligarme a conocerte, ahora déjame ir.
Esta mujer parecía una loca de catálogo, me atrevo a decir que se le lanza a todo el que le gusta, yo paso de ella y mejor que se aleje de mí. Si le cuento a mi primo de seguro no me va a creer, esto solamente me pasa a mí y a nadie más.
–No es que no puedo, es que parece loco y todo y aun con eso siento que tenemos algo. Lo he sentido en el beso que yo te robé.
–Vaya, una ladrona honrada. Qué bueno que lo aceptes, al fin.
Ella no me dijo nada y se lanzó de nuevo a mis labios, yo para ese momento ya estaba un poco alterado por el otro beso que me dio y simplemente me dejé llevar, la acerqué más a mí tomándola de la cintura y ella se estremeció al contacto y el beso que empezó siendo lento y delicado, se empezó a volver cálido y apasionado cuando con mis labios abrí los suyos y mi lengua y la suya se enredaron, la chica no sabía besar muy bien y por eso fue que me gustó más. Permanecimos así un rato, hasta que un diluvio nos separó.
–Pero, ¿qué rayos? – Maldije – no me quiero mojar.
No me había fijado que nos había empezado a llover hasta que casi estábamos empapados, esto era totalmente una locura, pero me había gustado.
–Creo que ya es tarde para eso – ella tenía una risa encantadora – vamos, llévame a tu casa o ¿quieres que nos mojemos toda la noche?
Esta mujer no se daba por vencida, pero no sé por qué yo la estaba siguiendo en esta locura, así que me iba a arriesgar, la conocería en lo que íbamos al lugar donde me estaba quedando, no quería que sufriéramos un resfriado.
–En absoluto.
La tomé de la mano sin pensar y corrimos hasta llegar al hotel Fairfield Inn dónde me estaba hospedando con mi primo Dorian, a ver lo que me decía al verme llegar y muy bien acompañado. Estoy seguro de que me va a tachar de loco, ya que había estado hablando pestes de las mujeres y en particular de Paula.
Apenas entramos al hotel, nos fuimos a tomar el ascensor y en ese punto, al volvernos a encontrar solos los dos. Ahora fui yo el que la besó apasionadamente y la pegué en la pared del ascensor, ella enredó sus manos alrededor de mi cuello y yo, me desesperé y la devoré con apasionados besos hasta que nos detuvimos en mi piso y las puertas se abrieron.
–Adelante, por favor – le cedí el paso – es por aquí, a la izquierda.
–Gracias.
La tomé de la mano y nos encaminamos a mi suite, yo abrí la puerta y le cedí el paso. Ella entró y volteó a ver todo muy sorprendida, sin decirle nada, yo me tomé la libertad de ordenar unas bebidas, antes de seguir con lo nuestro y también algo de cenar. A esas horas de la noche, yo ya me estaba muriendo de hambre.
–No sabía que vivías en un hotel – me dijo – yo pensé que serías unos de esos chicos ricos de aquí de Mexicali.
La verdad es que ni siquiera estaba viviendo en Mexicali, si no es por mi primo Dorian que me ha arrastrado hasta acá para no cometer un asesinato, no nos estuviéramos conociendo.
–En verdad, no sabes quién soy, ¿cierto?
–Cierto, pero eso no importa que quiero seguir con lo que estábamos – dijo muy segura – claro, a menos que me hayas traído a tu suite solamente para platicar.
Desde luego que no, yo ya estaba puesto para la acción y la chica estaba muy linda, no es que yo estuviera muy urgido como se notaba que lo estaba ella, pero no me desagradaba la idea de pasar una linda noche con una bella chica como lo es ella, y mucho mejor porque mi primo no se encontraba y no nos iba a interrumpir. Esperaba que Dorian no me sermoneara.
–Soy Axel David Garza Cantú – le ofrecí mi mano – es un gusto conocerte y claro quiero seguir en lo que estábamos, cuanto antes nos quitemos esta ropa empapada por mí, mejor.
Ella se lanzó de nuevo a mis brazos y nos besamos nuevamente, ella misma se empezó a desabrochar la camisa y después se la quitó, yo hice lo mismo con toda mi ropa y en cuestión de nada, ambos quedamos frente a frente solo con la ropa interior puesta y así comprobé lo que pensaba, esta chica está guapísima y tiene un cuerpo digno de una modelo y claro que por nada del mundo, me pienso perder la experiencia de hacerla mía.
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Apuesta por amor
RomansaApuesta por amor A sus 22 años, Carolina Isabella, tiene grandes amigas y grandes sueños. Está en bancarrota, pero quiere ser parte de una sociedad con sus amigas al no tener el dinero para su parte de la cafetería, en un giro inesperado del destino...