7. Rescatar a la hija del presidente

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Leon Pov's /

30 de Septiembre del 98

Una fecha que nunca he de olvidar. El policía que era en aquel entonces, murió. Y Raccoon City fue destruida gracias a las armas biológicas producidas por Umbrella, en aquel momento. Yo... conseguí escapar, aunque no fue lo mismo para muchas personas. 

Me dieron la 'opción' de unirme a un programa del gobierno, altamente secreto. Las misiones, el entrenamiento... la vida ahí... casi me mata, me acaba. Pero aunque pudiese tener la mente en eso, nunca olvidaré lo que pasó en aquel momento. El dolor... los recuerdos, quisiera que se fueran, que se olvidaran. Pero quizá... quizá ahora sea distinto. Al menos... eso espero. 

— Así que dime, yanqui  dijo el policía de la parte del copiloto, mientras se acomodaba para hablar conmigo —. ¿Qué te trae a un sitio tan espeluznante? Después de todo, estamos en medio de la nada. 

Como estaba previsto, nadie sabía nada sobre la misión que tenía que seguir. A pesar de ser una misión un poco extraña para mi, me dijeron que era necesaria, después de todo, el presidente mismo fue quién me la encomendó. Me dijo que un grupo de soldados especiales habían llegado al lugar para investigar sobre el incidente de los aldeanos de aquí, además de rescatar a la hija del presidente, ellos habían desaparecido en las inmediaciones. No entregaron ningún reporte a los superiores y ni siquiera llamaron por ayuda. Se que deben estar no muy lejos de aquí.

— Digamos que... busco a alguién.

Los oficiales se miraron entre sí. 

— Pues esa persona debe ser muy importante. El jefe lo dejo claro cuando nos habló, "ayudad al forastero", dijo.

Alcé una ceja en símbolo de confusión y me despegué de la ventana por un rato. 

 — Pues estoy seguro que no estamos aquí para hacer la parrillada y comer malvaviscos frente a la fogata — ambos oficiales rieron de mi comentario sarcástico y me tuve que conformar con volver la mirada hacía la ventana —, o tal vez sí. 

Mientras el carro avanzaba por toda velocidad por las inmediaciones, no pude evitar sentir cierto escalofrió rondando por mi columna, quizá un mal presentimiento, quizá y simplemente el hecho de que estaba haciendo mucho frio. 

— Mira, te voy a contar un secreto —habló uno de los oficiales —. Ha desaparecido gente por los alrededores, se desconoce el paradero y para ser exactos, es normal que estas cosas sucedan. 

Me mostré un poco sorprendido, han habido desapariciones y por el contrario, las autoridades no han hecho nada para acabar con el problema. Esto es peligroso y turbio. — Pues entonces será como cualquier otro día. 

El oficial hizo un ademán con la cara, mientras volteaba de nuevo hacía su ventana. El paisaje aún pasaba con velocidad por el carro — Llevamos más o menos una semana buscando a unos campistas...  

— Seguro que no será diferente conmigo, ¿eh?.

Dije en tono de broma, mientras ellos parecían reír de manera nerviosa incluso burlona si podría atreverme a decir. Pero no era momento de esperar nada de estos muchachos, debía seguir mi camino para completar mi misión y no distraerme con nada. Si lo hacia, las cosas terminarían seguramente muy mal. 

Después de lo que parecen ser horas enteras, el carro se detiene y se estaciona cerca de un camino cerrado. Uno de ellos avisa de su retiro por un rato y cuando él sale, miro por la ventana su ruta y el alrededor, uno muy tétrico, los arboles y la niebla no hacen nada mejor el lugar, esto parece una mierda escalofriante. — ¿Fumas? — cuestiona el oficial que conduce, que me tiende una cajetilla de cigarros casi nueva, pongo mi mano y hago un ademan de negativa. No es que me guste, es malo para la salud. 

Another Life (Leon S. Kennedy x lectora) RE4 | 2 LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora