18. ¿Se entiende mi punto?

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Alcé la cabeza cuando me di cuenta que empezaban a caer gotas a pares y sin embargo, ya no tenía una forma de saber donde estábamos o si estábamos hiendo en la dirección correcta. Giré para ver a Luis y vi como él miraba alrededor sin darle importancia a la repentina lluvia que ya hacía sobre nuestras cabezas, sin embargo, me había dado un aura libre de cualquier peligro que ya habría visto en otras personas. Una parte de mi me dijo que fuese cautelosa, al fin y al cabo, estaba tratando con un desconocido, pero como siempre y después de lo que viví en la ciudad, las cosas han cambiado, yo he cambiado y me he obligado a abrirme, incluso con las personas que no conozco. Al menos eso es lo que me ha pedido mi psicóloga. 

— ¿Y como llegaste aquí, bonita

— Te dije que me llamaba t/n — lo corregí. 

— ¿Cómo llegaste aquí, t/n bonita

Puse los ojos en blanco y recargué mi arma cuando me di cuenta que estaba corta de munición en aquel momento, este era mi último paquete de munición, si no encontraba más ahora mismo estaría perdida. 

— Digamos que soy de la policía, me llamaron para que viniese a saber lo que esta pasando aquí y las cosas se salieron de control. 

Luis me volvió a mirar de arriba a abajo, mientras veía la forma en la que mi cuerpo se movía para pasar las trampas de lodo que dejaba la tormenta que se avecinaba. 

— ¿Una policía con habilidades de espía super secreta? Eso es genial, debes ser muy buena en lo que haces. ¿Si sabes a lo que me refiero?

Lo volteé a mirar mientras me encontraba a mi misma soltando un pesado suspiro, si no fuese por mi y mi buena fortuna, estaría realmente enojada en este momento, sin embargo, al momento me negué. 

—  No soy una super espía, eso seguro. 

Luis bufó con su sonrisa y sus ojos mirando hacía los lados. 

— Claro, haré como si creyera una mentira de esa magnitud. 

Lo volteé a mirar y me crucé de brazos una vez más. La lluvia chorreaba desde donde estábamos y era cada vez más dificil mirar con regularidad los alrededores, sin embargo, no dude en quedarme 

— ¡No soy una super espía! Y tú no sabes nada de mi... — le dije con un tono amenazante, pero él no se vio amenazado en absoluto.  

— No te ves como una policía y sin embargo, tampoco te ves como un extranjero normal y común, sin negar que llevas por el pueblo un buen rato. No eres como cualquier extraño extranjero que viene aquí por curiosidad, tu vienes aquí por algo más serio y se que no es solo por las desapariciones... estas buscando el ámbar. 

 Abrí los ojos cuando lo escuché decir todas esas cosas, quizá realmente esta persona era peligrosa. Me acerqué rápidamente y puse mi mano sobre su camiseta, acercándolo a mi, sin embargo, el dolor sobre mi cadera volvió y para colmo, también el de mi nuca. 

Caí de rodillas una vez más al suelo con las manos sobre el lodo y sentí como el dolor empezaba a empeorar, mi sangre, mi piel quemaba como si tuviese quemaduras de tercer grado por todo el cuerpo, no podía moverme y sentía constante frio recorrer todas y cada una de mis extremidades, negué con la cabeza, intentando recomponerme. 

Entonces sentí las manos de él sobre mis hombros, ayudándome a estabilizarme y alcé la cabeza, su cara en vez de mostrar la burla de siempre, estaba preocupado y sus manos se agarraron firmemente contra mis hombros. 

— ¿Estas bien? ¿Estas infectada? Tienes lo síntomas pero... ¿te inyectaron algo, viste algo? 

Entonces en ese momento sentí que algo más se revelaba frente a mi. 

Another Life (Leon S. Kennedy x lectora) RE4 | 2 LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora