27. Experimento humano

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Narrador Pov's /

— Adelante mis corderitos, déjense ver, enséñeme y nútranme de sus habilidades, quiero saber de lo que son capaces nuestros invitados

Ella abrió los ojos cuando escuchó esas palabras, retumbaban profundamente sobre su mente y sus oídos como un eco alrededor de la habitación, todas sus extremidades dolían, eran casi una especie de partes separadas de ella, ella no podía entender que pasaba, que hacía aquí y que había pasado cuando cayó desmayada en la otra habitación, lo único que sabía era que ahora estaba atada a lo que parecía ser una mesa quirúrgica, mientras todos sus recuerdos daban vuelta en una espiran de puro dolor y miedo. 

Sin embargo, no había nadie en su alrededor, ni siquiera el más minúsculo de los sonidos que pudiese hacer saber que había alguién a su alrededor. Pero eso no era lo peor para ella, lo peor para ella, era pensar que alguién podría haberla llevado hasta aquí y hubiesen hecho algo con ella, un experimento clandestino, hasta quizá una especie de implantación de que sabía ella. Esto le daba miedo. 

Alzó levemente sus muñecas, se dio cuenta enseguida de que las tenía amarradas a la camilla y que sería por ahora, imposible soltarse de sus ataduras, ella estaba atrapada y no tenia más opción que quedarse sobre la camilla, sintiendo cada parte de su cuerpo atrapado en ese lugar. Sus ojos miraron el alrededor, dándose cuenta de las cosas que había, una motosierra, un machete, un cuchillo y algunas granadas, sin embargo, no había nada parecido a sus armas anteriores, no había ni un rastro de ellas. 

Ella trató de encontrar una salida, tenia que haber una salida, una forma de llegar a la salida de este lugar sin encontrarse con ningún peligro. Si hubiese un enemigo cercano, podría destruirse fácilmente con una de las armas del alrededor, pero si es que necesitara algo de largo calibre, tendría que acostumbrarse a correr y esconderse, una técnica que aunque conocía bien, no quería emplear este estado. 

t/n se quedó callada en cuando escuchó a alguién acercarse, miró las cortinas y vio a tres siluetas acercarse a donde ella estaba. Lo único que pudo atinar a hacer ella fue a verlas desde lejos y a cerrar los ojos, esperando que no hubiesen oído que ya estaba despierta. Las tres siluetas entraron sobre la sala, caminando pesadamente hasta donde se encontraba ella y su cuerpo, aunque ellos no supieran que no se encontraba tan inerte. 

Con cuidado, pusieron una venda sobre sus ojos y empezaron a mover la camilla por un espacio al que ella no pudo tener acceso de manera visual, la venda no le permitía ver más que las luces que pasaban por arriba de ella y como si fuera un truco horrible, las palabras de los sacerdotes infectados seguían resonando en su mente como si de un manuscrito en piedra se tratase. Rondando una y otra vez la palabra de ese sujeto. Lord Saddler. 

Ella se preguntaba si es que la llevarían a un sitio diferente con infectados a pares o si se tratase de solamente una forma de asustarla, o incluso si se tratara de que la llevasen con el mismo Saddler para infectarla. Eso estaba fuera de sus limites, no podría hacer nada para negarse a esa trasmutación y los problemas que ya tenía antes con el virus-g y el Prototipo Amateur, solo se agravarían. Ella deseo que Leon estuviese ahí, que no fuese la única que estuviese pasando por esto, que cualquiera, Leon, Luis, Ada, Dean... quizá hasta la misma Ashley, la ayudasen a salir de ese lugar, porque muy dentro de ella, pensaba que este era su final. 

El recorrido le duro casi horas para ella, aunque fuesen solo algunos minutos, después de detenerse, ella escuchó un coro, casi se sintió como en una especie de iglesia irreal en donde pudiesen mantenerse hasta cien sacerdotes diciendo las misma palabras en un susurro grave que hacía que la mente de t/n diese vueltas como si se tratase de un carrusel. 

Another Life (Leon S. Kennedy x lectora) RE4 | 2 LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora