Hola florecillas bellas!!!!!!
Espero que tengáis ganas de proseguir con esta historia porque estaré actualizándola todas las semanas!!!!Le siguió a distancia, lo último que pretendía es que se dieran cuenta de que le estaba siguiendo a pesar de que no tenía la menor idea de hacia donde se dirigía.
Lo cierto es que le daba igual si su intención era la de ir al excusado, a tomar el aire o a un encuentro furtivo con otra dama. Aprovecharía la oportunidad para decirle que le deseaba bien lejos de su hermana y si tenía que amenazarle con revelar su encuentro a altas horas de la madrugada con cierta dama casada, estaría dispuesta a hacerlo.
Tenía que proteger a Georgia de ese cerdo con patas.
—¿Le han dicho alguna vez que perseguir a caballeros por pasillos desolados no es un comportamiento adecuado para una dama, lady Vasatti? —exclamó aquella voz que tanto la irritaba.
—Para ello debería existir un caballero y usted podrá serlo en título pero desde luego dista mucho de su comportamiento —instó no teniendo ningún inconveniente en acercarse de entre las sombras para que la luz de los candelabros que iluminaban con pobreza aquel pasillo mostraran su silueta.
Si Guicciardini se ofendió, no pareció notarlo en su rostro, aunque sí hizo una ligera mueca de desagrado.
—No me interesa su compañía Vasatti y desde luego no supone una tentación apetecible a mi gusto, así que si está celosa por mis atenciones hacia su hermana, le aconsejo que se vaya acostumbrando —dijo en aquel tono tan neutral que la sacó de sus casillas.
¿Celosa?, ¿Por él?
—No es más que un zopenco asno rastrero con ínfulas de brabucon y adulador. Manténgase alejado de mi hermana Guicciardini o no tendré ningún inconveniente en hacer una visita al barón di Rosso a su regreso —contestó tan segura y altiva que sentía como la sangre de su cuerpo burbujeaba.
—Hágalo y todos sabrán donde estaba esta mañana —vociferó él dando un paso para acercarse a ella—. El personal de la baronesa e incluso alguna de sus amigas atestiguará que ella estaba en casa, pero nadie la salvará de una condena por infracción y no solo lo pagará usted, sino también vuestro padre y vuestra hermana, el apellido Vasatti no la salvará en esta ocasión.
De pronto Camelia se sintió pequeña y le detestó aún más.
—Aléjese de Georgia —insistió con menor valentía que antes.
No temía por ella, pero desde luego sí lo hacía por su padre y hermana. No quería ser la ruina para ambos de su imprudencia, menos aún que tuvieran que pagar las consecuencias de sus locos actos de rebeldía.
—No lo haré —contestó éste y de un modo inteligible Camelia sospechó que lo hacía para provocarla.
Aunque tampoco dudaba de sus intenciones hacia su hermana teniendo en cuenta su fama.