Capítulo 12

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Hola flores!!!! Por fin estoy de vuelta, he estado bastante ocupada con otros asuntos y ya me he librado! Ya sabéis que os informo de todo en mis redes, también de cuando actualizo y de contenido inédito, seguidme por allí si aún no lo hacéis, las tenéis abajo del todo.

Solo había necesitado un paseo junto a lord Guicciardini para que se desataran todo tipo de comentarios en la ciudad, a pesar de que Georgia y Valentina les acompañaran

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Solo había necesitado un paseo junto a lord Guicciardini para que se desataran todo tipo de comentarios en la ciudad, a pesar de que Georgia y Valentina les acompañaran. Tanto es así, que las mejores amigas de Camelia, lady Elisabetta y lady Sophia, se presentaron a la mañana siguiente en su propia casa sin aviso alguno.

Ella misma no solía avisar cuando importunaba en las casas de sus amigas, pero le sorprendió que sucediera a la inversa, de hecho, se sorprendió enormemente cuando Franca la hizo abandonar sus libros para encontrarse con sus dos amigas en la salita de té que solían usar Georgia y ella para sus visitas.

Era la misma que usaba su madre en vida, con el mismo papel pintado floreado que no había sido modificado en veinte años y que a pesar de necesitar una rectificación, se negaban a deshacerse de aquel decorado que tanto les recordaba a su propia madre.

—¡Que grata sorpresa!, ¿Cómo es que no he recibido ninguna nota de vuestro lacayo?

—En realidad no sabíamos si venir o no, pero finalmente queríamos confirmar los rumores —mencionó Sophia.

—¿Rumores? —exclamó Camelia invitándolas a sentarse en el silloncito con estampado floreado que no casaba un ápice con la tonalidad de la pared, pero que aún así, su madre creyó que quedaría bien.

—Toda la ciudad comenta que lord Guicciardini hará una propuesta de matrimonio este año a una de las Vasatti y lógicamente, todos pensaban que sería a lady Georgia, pero ayer te vieron al frente de la calesa y ahora, se rumorea que quizá esa propuesta pueda ser a la mayor de las hermanas.

—¡Eso es absurdo! —bramó Camelia—. Además, la mayor es Alexia, no yo.

—Se refiere a la mayor que aún sigue disponible —rectificó Elisabetta.

Camelia se frotó las manos para controlar su humor, lo último que le faltaba era que la relacionaran con Guicciardini y menos aún, de ese modo, pero se tranquilizó al pensar que tal vez, era mejor que la gente pensara que podría ser ella su futura prometida en lugar de su hermana. ¡Ni de broma dejaría que tocara un pelo de Georgia por más que ella estuviera dispuesta! No. Jamás. Ella sabía lo infeliz que sería su hermana menor si contraía esponsales con semejante bribón.

—Lo de ayer solo fue apariencia. Lady Lucía creyó que sería conveniente dar celos a Carlo, para que me propusiera finalmente matrimonio y no se le ocurrió un mejor modo que su propio hijo fingiera interés en mi.

Tanto Sophia como Elisabetta se echaron a reír.

—¿Carlo?, ¿En serio? —exclamó Sophia y Camelia se encogió de hombros.

El Tercer Secreto	Donde viven las historias. Descúbrelo ahora