Capítulo 11: Argenis Zervas

376 48 4
                                    


Harry levantó la vista del libro que había estado leyendo y bostezó mientras miraba a Theo entrar a la biblioteca con dos tazas de café.

—Si no tomo uno de estos —murmuró poniendo una de las tazas delante de Harry —voy a terminar durmiéndome de pie.

—Creo que aunque yo tenga los ojos abiertos mi cerebro está dormido —se quitó las gafas, las apoyó en la mesa y se frotó la cara —gracias.

Cansado, volvió a ponerse las lentes y tomó la taza con ambas manos para dar un largo trago.

—Ojalá Hermione estuviera aquí —dijo sin pensar.

Cuando vio la cara de Theo se dio cuenta del error de cálculo que había cometido al hablar de ella.

—Sí... completamente de acuerdo—espetó el inefable sentándose en la misma silla en la que había pasado la mitad de la noche —por muchos motivos.

—No me los repitas —masculló Harry con un quejido —los he oído, leído y vuelto a escuchar. Me ha quedado claro, Nott, enviarlos juntos ha sido estúpido, irresponsable, poco ortodoxo...

—Bien.

—¿Sabes qué? —soltó de pronto Harry que había perdido la diplomacia en algún punto de la insomne noche que había pasado — lo que pasa es que estás celoso.

Vio como los ojos del otro hombre se abrían ligeramente, aunque ese fue el único signo de sorpresa que pudo ver en él.

—No —replicó con sencillez.

—Sí que lo estás. Todos nos hemos dado cuenta de que te interesa Hermione, Theo.

Su amigo sonrió, una pequeña sonrisa que curvó sus labios con humor.

—Os habéis dado cuenta porque yo no he tratado de ocultar que me interesa — se cruzó de brazos sobre la mesa —ella es inteligente, divertida, cariñosa, valiente, hermosa ¿Cómo no iba a interesar a cualquier hombre con dos dedos de frente y ojos en la cara? —sus hombros se elevaron con un pequeño encogimiento —y yo tengo ambas cosas. De todos modos —cogió su café y sopló sobre la superficie —creo que el interés no es mutuo.

Harry arrugó la frente.

—Se os ve bastante cercanos, ella se siente cómoda contigo.

Theo rió.

—Tal vez por eso mismo —alzó una ceja —aún así, me preocupo por ella y Draco Malfoy... en fin, puede que yo no supiera en qué andaba metido con la Agencia, demonios, ni siquiera sabía que existía esa Agencia. Pero si sé que aunque sus ideas hayan cambiado, sigue siendo el mismo imbécil de siempre y sigue siendo un Malfoy.

—Hermione sabe defenderse. Además han podido trabajar juntos sin asesinarse todo este tiempo.

—Lo sé.

Theo decidió callar. No creía que fuera un acierto decirle a Harry que lo que de verdad le preocupaba era el brillo de interés que había visto en los ojos de Draco.

Era un gilipollas, sí, pero no estaba ciego y, ahora que todo eso de la sangre le importaba un knut...

—¿Has encontrado algo? —preguntó Harry sacándole de sus pensamientos —yo no tengo nada —se recostó en el respaldo y señaló los papeles que le había dado Bill y que Theo había estado leyendo.

—Si hay algo yo no soy capaz de verlo —dio golpecitos con los dedos en la superficie de la mesa y entrecerró los ojos —no tenemos ni idea de lo que estamos buscando, es una completa pérdida de tiempo.

Luz y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora