Capítulo 34: El asedio

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NA: Si estoy un par de días sin actualizar es porque voy a estar algo liadialla por casa, pero antes del domingo tengo intención de publicar el siguiente cap, así que no worries, que ya va quedando poco de la historia y la voy a terminar sin parones y sin mucha espera.

Espero que sigais disfrutando de esto tanto como yo.

Gracias por seguir aquí, por animarme con mensajes y comentarios y, por supuesto, por apreciar el tiempo que dedico a esto, que, al fin y al cabo, es un esfuerzo.

Besos y abrazos

AJ


Lo malo de aparecerse sin un plan de acción y sin tener idea de adonde te diriges, es que pueden surgir imprevistos que no esperabas.

Pero ni siquiera Hermione Granger, la bruja más inteligente de su generación, lo pensó antes de dirigirse de cabeza a un muro de hormigón.

Literalmente.

Quizás fue por cosas como esas por las que el Sombrero Seleccionador decidió ponerla en Gryffindor y no en Ravenclaw, porque cuando la impetuosidad y el valor prevalecían sobre la inteligencia, el alumno pasaba sí o sí a ser un león.

Cuando Draco trató de aparecerse en la ubicación de Tony, se encontró con una pared intangible pero muy real y todos se estrellaron con fuerza contra ella cayendo, uno tras otro, en un montón de brazos y piernas sobre un camino de grava y tierra.

—¿Qué ha pasado? —gruñó Hermione sacudiendo la cabeza y apoyando la mano en algo mullido que resultó ser el trasero de Ron.

—¡Qué haces! ¡Deja de tocarme el culo! —chilló el chico intentando incorporarse mientras ponía el codo en el pecho de Harry que trataba de empujarle para respirar.

—Merlín Ron, apártate —jadeó con la respiración entre cortada arrastrándose por el suelo para alejarse de su amigo.

—¿Siempre hacéis entradas tan glamourosas? —preguntó Draco con burla mientras se sacudía los pantalones y tiraba de Hermione para levantarla —deja de tocarle el culo —murmuró alzando una ceja.

Ella puso los ojos en blanco al ver su media sonrisa y ayudó a Harry a ponerse en pie.

—Algo nos ha cerrado el paso —dijo mirando a su alrededor.

—Han levantado protecciones en torno a este lugar —Draco entrecerró los ojos —¿Puedes hacer un hechizo de orientación para ver dónde estamos? —preguntó a Hermione —me resulta familiar.

Mientras la bruja agitaba la varita, Harry y Ron comenzaron sus propios hechizos defensivos, los mismos que usaran tiempo atrás cuando tenían que ocultar su presencia a los carroñeros.

—Tenemos que llegar hasta Anthony —Draco buscaba alguna fisura en las defensas que pudiera servirle de entrada pero parecían estar brillantemente selladas.

—Draco —Hermione le mostró los resultados y él frunció el ceño.

—Es una de las casas de la Agencia —miró a Hermione, confundido —una de las casas francas ilocalizables que tenemos repartidas por Inglaterra... ¿Qué hacen aquí?

—Tienen a alguien dentro —dijo Harry constatando una obviedad.

—Imposible —aseguró Draco.

—¿Seguro? —preguntó Ron —¿Apostarías tu vida en ello?

Él resopló

—Obviamente no —replicó el rubio —pero ¿Acaso importa? Tú estás aquí y obviamente no confío en ti.

Luz y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora