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"The concert"

La peliblanca salió corriendo del establecimiento, luego de tatuar al último cliente.

No era de preocupación para ella el llegar demasiado temprano, ya que Nina ya se encontraba allí. Pero no quería llegar muy tarde, en especial porque hoy no pasaría la noche allí.

Encendió el auto con fervor y apretó el acelerador.

La música de rock que salía de la radio realmente hacia crecer su adrenalina, le animaba dar un buen paseo luego de tanto trabajo.

Luego de andar unos buenos minutos, llegó a la linda casa de los McConnel.

---¡Nina, ábreme, perdí mis llaves! --- Llamó a la puerta, golpeando desesperadamente con su puño.

---¡Ay Miko, ya cálmate que es plena mañana! --- Se quejó la adolescente mientras abría la puerta.

---Es mediodía, Naomi. --- Frunció el ceño y rió al ver su cara de confusión y su cabello desordenado.

La de cabello violeta parecía recién despertada, más bien, estaba recién despertada.

Victoria entró y atravesó la sala, yendo directo para la cocina. Desde el pasillo podían oírse algunos sollozos.
Los niños estaban en otra parte, o a juzgar por el aspecto de la mayor, quizás todos estaban dormidos.
Solo había una única persona allí y no la estaba pasando bien.

Ella se acercó con cautela, logrando ver a una Niña completamente deshecha. Su rimen corría por sus mejillas, estaba usando un pañuelo para limpiar su nariz, su respiración era agitada y sus ojos se veían muy hinchados.

---Ey, ¿Que pasa? --- Quiso colocar su mano sobre la espalda de su compañera, pero esta no se dejó.

La pelinegra se hizo a un lado y miró a la cara a Victoria. Su mirada decía mil palabras, ninguna de ellas positivas... más bien melancólicas.

A decir verdad, Nina comenzaba a tenerle cariño a su nueva persona, pero no podía acercarse a ella más. No si quería continuar teniendo el trabajo.

Toni había demostrado estar lo suficientemente loca como para obligarla a dejar el trabajo, y Nina era débil.
No era como que no pudiera conseguir otro trabajo, pero no quería otro... cierto valor comenzaba a tener para ella el trabajar allí, quizás el cariño de los niños, quizás el hecho de que es una hermosa casa.

Pero sobretodo, no podía dejar el trabajo porque necesitaba el dinero. Los McConnel pagaban demasiado bien y si ella quería dejar la casa de su madre en un futuro, iba a necesitar aquella plata.

En resumen, no iba a tentar al diablo. Y para no hacerlo, iba a cumplir con lo que le pidió... alejarse de Victoria.

Pero Nina no estaba llorando por eso, si no por su madre.

Flashback

Hacía frío, la lluvia se había hecho presente.
Era divertido ver el atardecer y ver cómo muchos niños salían corriendo del balneario para volver a sus hogares.

Muchos de ellos llevaban sus toallas en la cabeza, en un intento desesperado y a la vez inútil de no mojarse con las gotas que caían del cielo.

Nina y Erick reían a carcajadas, viendo la escena desde la comodidad de su sala de estar. Habían hecho un fuerte de almohadas allí y Nina tenía la tarde libre.

Había salido del trabajo, pasó por helado y ahora estaban allí: riendo bajo el tierno fuerte, admirando la imágen tras la ventana y emborrachándose con helado de vainilla.

Babysitters - Young MikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora