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- Che, Juan - el azabache llamó a su amigo.
- ¿Sí?, Iván - respondió, volviendo la mirada hacia él.
- ¿quién es ese chico? - dijo, sin despegar la vista de Rodrigo.
- Ah, es carre - le contestó sin más.
Era estúpidamente atractivo.
- ¡Dale Nico! ¿Tanto vas a demorar en caminar? - el bajito le gritó al rubio, que arrastraba los pies lentamente para caminar.
- ¡Ya voy! - aceleró el paso enojado.
soltó una risita al ver a el ojiverde enojado, era tierno. El chico se sentó al lado de su amigo rubio, a dos asientos de distancia del alto.
- chicos, él es Iván, el chico del que les hablé - sonrió, todos miraron al azabache replicando un "hola" que no tardó en responder.
- ¿Cómo conociste a Juan? - preguntó Tomás, curioso por saber más del chico
- Teníamos un grupo de amigos en el que estaba Juan, hablábamos muy de vez en cuando pero cuando el grupo se disolvió por una pelea que tuve con mi mejor amigo de ese tiempo, Juan se quedó conmigo. Ahora somos mejores amigos - el alto chocó el puño con el de lentes, sonriendo.
Rodrigo escuchó atentamente todo lo que dijo el alto esa noche, estaba absolutamente deslumbrado por cómo hablaba y se expresaba.
Todos se presentaron ante spreen, quedando solo rodrigo por dejar al descubierto un poco de él.
- Rodrigo, faltas tú - uní le llamó la atención.
- ¿Qué? - dijo todavía un poco en las nubes.
- ¡preséntate con Iván! Estás demasiado embobado con él ¿no? - lo codeo el rubio, haciendo que se pusiera rojo.
- Me llamo Rodrigo Carrera, tengo veintidós años y mi cumpleaños es el nueve de octubre - Rió nervioso.
- ¿Encerio? El mio es el once de octubre - le sonrió.
- ¡Que coincidencia! - rió el bajito.
Definitivamente desde ahora la risa de Rodrigo sería el sonido favorito de Iván.
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Después de un rato hablando, los chicos se fueron a bailar, menos rodrigo.
No le gustaba bailar, sentía que su abdomen se movía cuando saltaba, así que prefería quedarse sentado en el sillón que estaba cerca de la barra, donde podía pedir tragos.
Miraba a Iván a lo lejos, apreciando los movimientos de este.
Por un momento conectaron miradas, y al instante vio como el chico se le acercaba.
Mierda. Mierda. Mierda.
- Hey, Rodrigo ¿todo bien? - el alto se sentó a su lado.
- ¿Y-yo? Sí, todo bien ¿vos? - respondió nervioso.
- vení a bailar conmigo - le extendió la mano.
¿Qué era esa confianza repentina?
¿Debería aceptar?
"¡¡DILE QUE NO!!" se dijo Rodrigo para sus adentros.
- amm, seguro - tomó la mano ajena, que lo guió a la pista.
¡MIERDA, RODRIGO!
- será divertido, lo prometo -agarró las manos del ojiverde y se movía lento al ritmo de la música, guiandolo para hacerlo también.
De a poco, rodrigo se fue soltando. Dejó las manos de Iván y bailó por cuenta propia.
El alto estaba cautivado por la figura enérgica que tenía al frente. Sonrió al verlo cantar con entusiasmo canciones de morat.
- ¿también te gusta morat? - preguntó Iván, atónito.
- ¡Si!, ¡desde hace muchísimo! - agarró las manos del azabache y empezó a moverse al rito de la canción "23", coreandola con Iván.
Realmente tenían muchas cosas en común.
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dos caps casi seguidos, waos. Me sorprendo a mi mismo.
