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— Juan, ¿y si invitamos a los chicos a ir a la playa? — Iván rascó su nuca.
— Iván ya te dije que dejes de fumar la mota que vende martín.
— ¡Ya te dije que no fumó mota! déjame explicarte — aclaró su garganta — si invitamos a los chicos va a venir rodrigo, y seria una oportunidad para acercarme a él.
— Pinche joto — dijo y soltó una carcajada socarrona.
— Dale Juan, te digo posta — le golpeó el hombro.
— Si, Iván. Haz lo que quieras, pero que cada uno lleve dinero — volteó los ojos.
— ¿como para cuantos días?
— cuatro, y no jodas — le sonrió.
— gracias — le devolvió la sonrisa.
— ya mando un mensaje al grupo — sacó su celular y tecleo rápido
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— van a ir todos, hasta tu novio — lo miró y sonrió pícaro
— no jodas, Juan — se ruborizo
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Rodrigo estaba balanceándose en un columpio del parque, nervioso porque al día siguiente era Lunes.
Habían quedado en irse a las diez de la mañana en un bondi, y él no sabía con quién sentarse. Sentía pánico porque, a ver, imagínense que el chico que les gusta les invite a sentarse junto a él en un viaje de cuatro horas, ¿no explotarían? Rodrigo sí.
Sabía que germán se iba a sentar solo, porque no le gusta viajar con gente. Juan obviamente con ari y él jamás se sentaría con martín, así que solo tenía dos opciones.
Decidió no pensar en eso y empezar a caminar hacia su casa, ya estaba anocheciendo.
"Diosito, ayúdame" pensó.
Mañana sería un día complicado.
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