6. Un mal sueño real

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Nota: Lady Patas va a chupar algo como si fuera pepa de mango pero que no es pepa de mango. Un agradecimiento especial a mi hermosa AmaraZabala44 ¡Quien se ofreció a publicar edits de la historia en su tiktok! (Mi tiktok es bien pornográfico así que dudó que quieran ver eso) Muchas gracias guapa por ayudarme. Sigan leyendo, sándalos de marranos.

Rhaenyra sintió un líquido bajar por su garganta y poco a poco las figuras amorfas recuperaron el sentido. Los ojos de la reina dragón tardaron un poco en reconocer a quienes estaban frente a ella, pero cuando lo hizo no pudo sentir más que miedo y rabia.

Miedo por la vida de sus allegados y sus seres amados.

Rabia por su derecho robado.

Aegon miró a Rhaenyra con un gesto de curiosidad, el rey usurpador la miraba atentamente sin comprender como todavía, atada, despeinada y cubierta por cenizas de dragón seguía viéndose hermosa. Rhaenyra trato de moverse, pero al intentarlo se dio cuenta de que estaba atada, sus manos suspendidas en grilletes de oro y esmeraldas. Rhaenyra miró con odió a su hermano usurpador cuyos ojos no dejaban de analizarla.

La última vez que Rhaenyra se había sentido tan sola y tan asustada fue el día de su parto. Su primer parto, el de Jacaerys. Era un recuerdo tan hermoso como tumultuoso. Un día que le gustaría borrar de su memoria con la misma intensidad que amaba rememorar, en especial aquél momento en que su pequeño le fue colocado en brazos, pero estaba grabado en ella con un pincel indeleble. El recuerdo de ser desnudada por la mitad del castillo, que se arremolinaban a su alrededor, a la espera de ver cómo daría a luz al tan codiciado heredero al trono Targaryen. La mayoría de ellos no sentían ni empatía por ella, ni el más mínimo de los miramientos. Fueron ellos quienes a penas vieron los rasgos del recién nacido salieron a gritar a todo pulmón que era un bastardo.

—Vaya, pero si es el usurpador su séquito, ¿A qué debo tal honor?—pregunto con un gesto errático, todavía no recuperaba por completo el control de su cuerpo.

—¿Dormiste bien, puta de Westeros?—pregunto el rey con una sonrisa.

—No, no muy bien. La celda donde están guardándome no da para mucho, hermano—respondió con una sonrisa sarcástica, ya que para ella era el único modo de aguantar esto: el sarcasmo, el sarcasmo siempre era la respuesta—Y tú ¿Dormiste bien? Asumo que usurpar el trono puede ser algo auténticamente agotador, pero no puedo esperar mucho de un usurpador como tú, ¿eh, hermano?—Rhaenyra cruzó la mirada furiosa con su hermano—Eres un tirano y un traidor, no me extraña que la mayoría de mis señores me apoyen y no a ti de la misma manera.

Una pequeña sonrisa igual de sarcástica se formo en el rostro de Aegon.

—¿Qué esperabas que sucediera, hermana mía? El trono es mío por derecho, las leyes lo avalan, un hombre es quien debe reinar siempre, ¿Qué harías tú cómo reina? ¿Engendrar bastardos con toda la guardia real hasta llenar las habitaciones del castillo y convertir la capital en un burdel?—el rey negó, su madre y abuelo le habían repetido hasta el cansancio que dejar que Rhaenyra se sentará en el trono y portará la corona sería la destrucción no solo de su familia, sino de los siete reinos.

Para nadie era un secreto de la enemistad de la reina verde y la reina dragón, al rey no le sorprendería que uno de los primeros mandatos como reina reinante de su hermana fuera la muerte para sus familiares con sangre Hightower o ser exiliado a Essos.

Al oír eso Rhaenyra se enfureció aun mas.

—Aun en este estado en el que me encuentro me atreveré a decir que haré un mejor trabajo reinando el reino que tú, hermano—hizo una pausa—Y de hecho, si lo que quieres es que el trono sea tuyo entonces serás tu el que engendre bastardos con todas las rameras de la calle de seda y las criadas hasta llenar las habitaciones de la capital con hijos de prostitutas, que a ti es lo que le gusta ¿Verdad, hermano? Se sabe muy bien que ya has engendrado un centenar de hijos ilegítimos, parece que adoras producir bastardos—murmuro con una sonrisa.

La Danza de los Corazones DurmientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora