Maratón Rhaegon /Rhaenyra x Aegon 1

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Los siguientes días Aegon se entrego por completo a los preparativos para la boda. Pesé a que ya tenía tres hijos con su primera esposa jamás había sentido el instinto paternal, curiosamente con ese embarazo estaba extasiado y emocionado, no pensaba permitir que ese hijo naciera bastardo. El vientre de Rhaenyra aún estaba tan redondo como deseaba, pero el rey verde no podía esperar para verla rebosante con su hijo. Aegon llevaba años fantaseando con eso: veía a su hermana embarazada e inevitablemente imaginaba que ese niño en su vientre era suyo y por fin se estaba cumpliendo su fantasía. Aegon sintió su pecho inflado de emoción al ver a su reina sentada en el balcón, con su dama de compañía trenzando su cabello. Su matrimonio con Helaena fue por deber, sus hijos con Helaena eran por deber. Su matrimonio con Rhaenyra era por amor, sus hijos con ella también serían por amor. Ahora que Aemond estaba lejos, lidiando con las semillas que la perra de Rhaenys logró reunir le era mas sencillo tenerla a su disposición, no supo porqué acepto con tanta facilidad, esperaba que luchara por quedarse al lado de su hermana, hasta la propia Rhaenyra parecía algo decepcionada, pero dicha decepción le convenía, necesitaba ser el unico hombre que no fuera uno de sus hijos en su vida.

—El día esta muy cálido—la reina se lleva las manos al vientre, una costumbre que había tomado desde su primer embarazo—Tal vez podríamos dar un paseo—la reina sin reino presiono los dedos contra su estomago, quería sentir algo, lo que fuera, cualquier cosa que le demostrara que aunque se sentía así no estaba sola, estaba consciente de lo celoso y posesivo que podía ser Aegon—Hermano—Rhaenyra se levanto al verlo, su cabello a medio trenzar cayó por sus hombros—Estaba pensando en dar un paseo, es un lindo día y podría ser beneficioso para el bebé recibir algo de sol y aire fresco—volvió a llevarse las manos al vientre, a lo mejor y en aquel paseo podría escapar y refugiarse en un pueblo vecino, sabía que sus aliados estaban cerca y con mas dragones, ansiosos por liberarla de la prisión del rey Aegon.

—Ven, Rhaenyra.—el rey habló cálidamente—Saldremos a caminar, hermana—extendió su mano hacia su hermana y sostuvo su palma mientras caminaba lentamente hacia el patio—Estoy seguro de que el aire fresco nos hará bien a los dos—¿Ella realmente me ama? Seguramente esto no es un acto de amor. ¿Es posible que mi hermana me ame de verdad?—¿Había algo de lo que quisieras hablar, hermana?—habló con una pequeña sonrisa en su rostro.

—¿Qué cosa?—pregunto nerviosa, preocupada de que Aegon supiese sus planes de escape—¿Sobre la boda?—se maldijo de todas las formas posibles por fiarse de Aemond, la dejo, sin siquiera despedirse partio en su dragón, fue su amante, Alys, quien termino por anunciarle aquello poco antes que Aegon la arrastrara a sus aposentos. 

—No, no hay nada que decir sobre la boda, flor—Aegon habló con una suave sonrisa—Simplemente me preguntaba si había algo de lo que quisieras hablar, hermana—Cualquier cosa que deba saber, tal vez.—¿Cómo te has sentido? ¿Has tenido alguna... molestia o algo parecido en tus embarazos anteriores?—preguntó Aegon, su voz era amable pero su expresión era fría y reservada. Esperaba en el fondo que ella lo amara. Rhaenyra negó.

—Aún es pronto para saberlo, pero quizás comience a sentir algo a finales de este mes—dijo, tratando de mantener su distancia. Él no habló al principio, sólo la abrazó. Observó el cielo mientras pasaban las nubes. Tenerla a su lado lo hacía sentir el hombre más dichoso de los siete reinos.

 —¿Estás emocionado por nuestra boda? Me siento como un recién casado otra vez—Él se rió ligeramente de su propio chiste.

—Si soy honesta no sé que esperar—admitió Rhaenyra recordando el gran fiasco de su primera boda y como tuvo que hacer una boda valyria apresurada para su segundo matrimonio—Las bodas de la fe de los siete no terminan bien, al menos no para mí.

—Bueno, esperemos que nuestro matrimonio sea diferente—Aegon sonrió. ¿Por qué mi hermana reaccionó con tanto miedo ante este matrimonio? ¿A qué le teme?—Nuestro matrimonio garantizará que los siete reinos tengan un futuro pacífico, Rhaenyra—Debes entender eso, hermana—Este matrimonio unirá la fe y los dioses antiguos—¿Me creerá Rhaenyra?—Por fin seremos una pareja maravillosa, hermana—Aegon se acercó a Rhaenyra y acarició su rostro con amor. Me amas.

La Danza de los Corazones DurmientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora