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–¿Llamarás a tus padres?– Le preguntó Gojo, mientras Ada buscaba seguirle el paso.

–Sí, para que no sospechen, ya tengo una coartada–

– No me sorprende—- Dijo con cierta amargura. Ada simuló que aquello no lo había escuchado .

El taxi les llevó hasta el departamento que rentó Satoru para pasar la noche.

Había llamado a Nanami, Mei Mei y a ciertos hechiceros conocedores del tema, con el fin de ayudar en ello.  

–Llegarán mañana–

–Bueno– Suspiró la chica con pesadez y se sentó en el sofá.

—No pensaron que su vuelo se atrasaría— este se sentó frente a ella, en la cama.

—¿Han cambiado mucho?—

—Diría que sí, han sido muchos cambios— Jugaba con sus lentes, bajando el rostro para verlos.

—¿Se...—Ada sentía que debía hablarle delicadamente al chico frente a sí. —...Han ido muchos?—

—Algunos, ha pasado algo de tiempo— Con cuidado se retiró la venda. Sus respuestas, aunque eran tajantes, las consideraba suficiente. 

El frio que entraba por la ventana se volvió más intenso cuando cayó la noche. Se mantenían a raya de cualquier conversación, por lo que la habitación estaba muy dividida. 

—Creo que lo mejor seria que me fuera a dormir a la casa de mis padres. Puedo decirles que se canceló— Decía mientras miraba la pantalla de su celular.

—No, es tarde— La chica subió el rostro tras escuchar esas palabras salir de la boca de Gojo.

—Entonces no hagas como si no existiera. Quizás ya no sea la Chiyo que conociste, pero tú tampoco eres el mismo chico que yo conocí—  

Reposó su cuerpo sobre el sofá y se rio un poco. No queria mirarla, por lo que, fijaba su vista hacia la ventana.  

—Aún me pregunto cuándo tus palabras empezaron a agarrarme desprevenido—

Deja Vú - Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora