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—¿Cómo te encuentras?—

—Creo que adolorida...— Tomó una pausa. —¿Y tú?—

—Estoy bien. — Los silencios eran breves pero tensos para él.

 —Lamento la perdida de tus compañeros, no pude encontrarlos—

—No te preocupes, sabíamos que siempre ha sido así el mundo de la hechicería— 

La gente los dejó solos, por lo que la charla fluyó con un poco más de naturalidad pero, parecía  como si todo se acomodara para dejarlos a solas.

—Bueno, me alegra que estés bien— Dijo el hombre con sinceridad.

—A mi también me alegra estar bien— Los ojos oscuros de la joven se fijaban en la venda de Gojo.

—Tengo entendido que tus ojos son casi celestiales, los seis ojos del Clan Gojo— Pausó —... Dicen que puedes ver con mayor agudeza las cosas—

—Algo así— Buscaba que sus palabras y comportamiento no le delataran. 

—¿Puedo verlos?—

—No, debo de... — Se quedó helado, al ver las manos de ella que, atrevidas;  retiraron su venda. Cuando sus miradas se reencontraron el tiempo no continuo avanzando y como viejos amigos, se reconocía uno al otro.

Estaba volviéndose loco.

Brotaron lagrimas de los ojos de Ada mientras acariciaba la mejilla perlina del hombre frente a ella. 

Creyó lo que veía cuando aquellas lágrimas que brotaban de la jovén, eran de colores. 

Deja Vú - Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora