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—¿Satoru, por qué no quieres aceptarlo?—

—¿Aceptar qué, Chiyo?—Guardaba en su maleta su ropa,  en lo que la chica, a sus espaldas, lucia frustrada.

—Que te gusto ¿Por qué lo niegas?— El peliblanco permanencia en silencio. —¿No dirás nada? ¿En serio?—

— No tengo nada que decirte Chiyo—  Si tenia mucho que decirle, pero tenia miedo. Aún desconocía a qué.

—No, Gojo, sí tienes algo que decirme. Acepta que anoche en el bar me besaste—

 Él se detuvo.

—Me besaste, y fue lo mejor que pudiste hacer anoche y seria lo mejor que podrías hacer ahora— De sus grandes ojos marrones brotaban lágrimas de colores, reflejando la sutil tonalidad del arcoíris. 

Escuchaba como su voz se quebraba. Eso le quitaba el valor de girarse. Ella sabia que era cierto y él con su comportamiento le había confirmado. 

Cuando finalmente pudo voltear, no la sintió venir, mucho menos aquel beso que le precipitó sobre sus labios. 

Esta vez, Satoru agarró su cintura. No iba a perder la oportunidad como en el bar. 

 Sus labios iban a toda prisa, aunque el tiempo les jugaba en contra. 

Los besos llevaron a desenfrenadas caricias y estas  los condujeron a la cama, hasta que, poco a poco, las prendas quedaron regadas por la habitación. 

El celular de ambos se atiborraba de llamadas perdidas, pero poco importaba. 

Estaba  alguien frente a ellos aún más importante. 

Deja Vú - Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora