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–¡Que hermoso vestido!– Los ojos oscuros de Chiyo se abrieron de par en par al ver uno de los vestidos de novia. –Deberíamos entrar– Se giró hacia el peliblanco, quien le tomó un poco por sorpresa ese comentario.

–¿Por?– Satoru observaba a Chiyo, quien refunfuñó y cruzó sus brazos. Aquel dulce puchero le hacia sonreír.

–¿Por qué crees?– El pequeño berrinche de Chiyo le enternecía. Pocas veces era así de dulce y algo en él le agradaba molestarla.

–Pero si aún no conozco a mi futura esposa– Aquel comentario cambió por completo el gesto de Chiyo. Satoru se dio cuenta con ello que lo había regado.

–¡Espera, Chiyo!– 

–¡Vete al diablo!– Le respondía la chica quien ahora, daba zancadas lejos de él. 

–¡Era una broma, amor! ¡Espera!–



–Recuerdo ese día– Decía Gojo con cierto desazón. Sabía que aquella respuesta había regado lo que pudo ser un precioso e inolvidable momento. –Pero aquí estamos y estoy tratando de solucionarlo– Decía en voz alta mientras se recargaba más en el sofá, tomando una postura mucho más cómoda. Los vestidos reflejaban la luz que entraba de las grandes ventanas. Estaban solos, a excepción de los empleados que les atendían.

Entonces la vio salir. El vestido que le adornaba de corte trompeta, con mangas y un encaje debajo que cubría los sitios donde la tela blanca no cubría, entre ello, una abertura sexy en su falda.

Satoru se quitó sus lentes, como si eso pudiera hacer que la viera mejor. Estaba anonadado.

–¿Cómo se ve?– Preguntó la castaña mientras su contrario le observaba pero de él no salieron palabras. 

Verla le llevó a ese día como si este ocurriera simultáneamente. 

¿Así pudo ser haberle dicho que él también quería verla vestida de su futura esposa?

Deja Vú - Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora