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–....no... Her...mano...– Estiraba su brazo hacia él, tratando de hablar. Tenía que alcanzarlo.

Toji resopló victorioso. No solo había vencido a Satoru Gojo, heredero de la Técnica de Maldición Ilimitada , sino que también a dos hechiceros más, uno de ellos, de rango especial.

–No debería ser tu hermano quien te preocupe. No lo mataré, pero a ti no te quedará mucho tiempo– decía despreocupado, mientras se retiraba con el cuerpo de Rika Amanai, sin vida.

Chiyo se estiraba con todas sus fuerzas. Quería tomarle la mano a  Suguru, para ponerlo y sentirse a salvo.

Tenía tanto miedo por no sentir dolor,  aunque, conforme la apertura diagonal que casi dividía su cuerpo se abría más, todas sus preocupaciones, lentamente se iban.

Quería asegurarse de que, al menos, uno de los cuatro sobreviviera.

Alcanzó a tomar su mano y la apretó un poco. Desprendió de sí las últimas pizcas de su energía maldita, liberando una suave luz colorida al toque.

Tenía tantos deseos de ver a Satoru, que quizás, sería de lo único que se arrepentiría.

Consciente de que, a donde iba, ya no iba a necesitarla, depositó el resto de su energía maldita en su hermano, esperando que fuera suficiente para mantenerlo a salvo hasta que alguien llegara a ayudarlo.

Las palabras de despedida fueron más lentas que su último aliento.

Chiyo había muerto. 

Deja Vú - Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora