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Había pasado tanto tiempo desde la última vez que se hablaron, quizá un par de meses.

Geto había desaparecido y parecía un mutuo acuerdo. Sabía que su mejor amigo la estaba pasando peor que él. Después de todo era su hermana.

Sabía que aún Suguro estaba con él al alcance de una llamada, pero creía firmemente, que había perdido los dos a la vez ese día.

La lluvia empeoraba y él dejaba que débilmente atravesara su infinito, haciendo que le mojara un poco.

A Chiyo le gustaba tanto la lluvia, que el agua de esa tarde le hacía sentir que ella estaba todavía. Sentía que no le había abandonado.

Esa sensación le preocupada. De haber sido por ella, jamás se hubiera ido. No importaba que estuvieran enojados. ¿Verdad? No habría una razón para que ella se fuera.

Los pensamientos intrusivos comenzaban lentamente a invadirle. Algo en su cabeza se estaba cocinando demasiado.

Tenían planes. Había una casa, hijos con sus ojos y pelo, una vida juntos larga, porque a pesar de que la vida en el mundo de la hechiceria no era larga para todos, deseaba tanto que así lo fuera si ella estaba allí.

En su cabeza solo se repetía una cosa:

"Vuelve, que te extraño demasiado"

Entonces la miró, exactamente observó su cabello, irrepetible, moverse con la brisa como siempre. Luego le observó sonreír, ampliamente. Una sonrisa cautivadora, cálida, como un rayo de luz que ahora le quemaba.

Aquello alteró aún más a Gojo. ¿Venia con alguien más?

Sí, un chico pasaba su brazo por su cintura y peor aún, la besaba como él solía hacerlo. 

Deja Vú - Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora