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Se repetía ese día, aquella charla donde acabó todo para ella y él.

—Iré a la misión del Señor Tengen y vamos a simular que nada pasó entre nosotros. -Se limpiaba su rostro pero él notaba las gotas coloridas que no podía retirar su rostro — Y cuando acabe, tomaré distancia. Esto me dará tiempo para pensar si aún quiero tenerte cerca de mí—


—¡Espera, Chiyo! ¡No vayas! ¡Te amo, no puedo perderte!—La expresión de la chica cambió y sus expresiones reflejaban confusión. Esta vez el miedo no se tragaria sus palabras.

—¿D..De qué hablas, Satoru?¡Tranquilo!—Se preocupó cuando vio a ese chico al borde del llanto.

Este tomó el rostro de la chica y su cintura. —¡No vayas! ¡Cásate conmigo! ¡Vamonos de aqui, lejos, muy lejos!— La súplica en su voz le impactaba a la castaña la cuál comenzaba a llorar y como si de un parpadeo se tratara, ahora el cuerpo de Chiyo lucía ese vestido que en su momento vieron en aquella tienda de novias.

Gojo cerró sus ojos y presionó su frente contra la de ella. Sentía el peso de su arrepentimiento salir en forma de lágrimas. Al abrirlos y separarse, veía a su chica pero atrapada en el cuerpo de Ada, con el vestido de novias que le había comprado un par de días antes.
Este escuchó las últimas palabras de la chica antes de despertar.
-No. Lo siento, Satoru-

La fuerza con la que tocaban la puerta le hizo levantarse de una. No sabía si había despertado del sueño porque sentía que aún estaba en la pesadilla a pesar de abrir los ojos.

Abrió la puerta y la protagonista principal de su tristeza había aparecido, trayendo una caja con ella. Le miraba levemente los ojos hinchados a la chica y suponía, que habían pasado fácil unas horas entre su última charla y esta.

—Toma, Gojo. Tu vestido— Le extendió la caja y la soltó antes de que él la agarrara. Rápido se marchó, a zancadas, huyendo de él.
—¡Espera, Ada!— Le siguió
-¡¿Ahora si soy Ada?!¡¿Qué no era Chiyo?!- Expresó la chica con molestia, sin elevar su voz.
—¡Hice mal en aceptar tu ayuda, Gojo. Ahora dejame en paz!— los ojos de Ada se cristalizaron y cuando trató de sacarle ventaja, este con un apretón de brazo no le dejó
—¿Que fue lo que más deseaste antes de morir?—Preguntó el albino a la chica que lo miraba con desdén
—¡Creo que abandonarte y morir! ¡Ahora suéltame!—Respondió llena de dolor. Volvio a tirar de su brazo pero el chico le jaló a sí. Su abrazo más que aprisionarla, le dejaba tan vulnerable ante él.
—Perdóname—Le decía mientras le abrazaba, escondiendo su rostro y cerrando sus ojos. Presionaba la cabeza de su contraria y sentía que las piernas le comenzaron a fallar. 

—Perdoname por ser un idiota, lamento no haberte escuchado, perdoname, yo solo pensé en lo que creí que querías y porque yo lo queria también— presionaba con fuerza sus ojos para no llorar.

Un silencio invadió brevemente, antes de convertirse en algo mutuo aquel abrazo y sentir que el cuerpo de Ada, nuevamente sollozaba.
No se dijeron nada, puesto que el abrazo le daba la tranquilidad que el otro esperaba. Después de unos minutos, ella habló.
—Sé de un lugar que tiene la respuesta de tu pregunta— dijo Ada trás un suspiro.

Deja Vú - Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora