Chipre.
William hizo una mueca cuando el doctor de su tío, terminó de limpiar sus heridas, principalmente la de la pierna, diciéndole que tenía que tomar un sinfín de brebajes.
—Es increíble que siga vivo, habiendo perdido tanta sangre. —decía el viejito, mientras él se mantenía callado, acostado en la cama del cuarto donde lo mandó a alojar su tío. Aquí tambien el ambiente era opresivo, con esas ventanas empañadas de polvo, pero al menos ya podía respirar, no como hacía rato, que hasta sintió una arritmia tremenda. —Debe descansar para recuperarse—culminaba el viejito, mirando a su tío que tambien estaba en el cuarto con el señor Hall.
—Descansaré cuando corte muchos cuellos—respondió malhumorado William y el doctor se impactó, mientras su tío se reía y decía al viejito:
—Él estará bien, Hugh. Puedes retirarte.
William solo esperó a que el anciano se fuese para mirar a su tío fijamente y decir:
—Espero que lo hayas pensado y me brindes tu ejército.
Su tío suspiró y dijo:
—Ya te he dicho que no puedo William V, pero a Hall se le ha ocurrido una idea brillante.
—¿Qué idea? —quiso saber William sospechando que tal vez Chipre seguía en pie por tener a alguien tan inteligente como Hall en ese reino.
—Una alianza con Albendren. El reino vecino al mío. —le explicó su tío.
—¿Quién es el rey de ahí?
—Es una reina. Carlota Hanthawer-golla. Una reina joven que necesita esposo desesperadamente.
William agudizó el oído, sospechando de que venía esto.
—Tiene menos de tres meses de haber ascendido al trono y una parte de su pueblo la repele por ser mujer, cuando el rey anterior tuvo varios hijos varones que pueden gobernar, solo que ilegítimos. —siguió contando su tio—Su consejo le ha dicho que lo más prudente es que se case, para que de un hijo al trono y consolide la opinión pública antes que algún hermano ilegitimo se lo reclame y el pueblo lo respalde en rebelión contra ella. Dicen que es la mujer mas fea que se ha visto nunca, por eso no le ha sido tan fácil conseguir un esposo con estirpe. Tu serías el mejor partido que haya podido soñar al ser un rey ¿Qué te parece?
William aceptó que era una buena idea lo que le sugerían, porque teniendo otro reino podía disponer de hombres y recuperar el suyo, pero le daba repelús tener otra esposa. Bueno, al fin y al cabo, ese matrimonio no duraría mucho si el moriría, luego de matar a Darcy, Harold de Sajonia y su primo Ambrose.
Era una mera transacción.
—Quiero reunirme con esa mujer—dijo William sin emoción alguna.
—Hablaré con Conroy, el consejero principal de la reina para que me dé una cita—dijo el señor Hall y William solo asintió, quedándose mirando fijamente al techo, perdiéndose de la realidad. Últimamente le pasaba esto. Se iba a ensoñaciones donde veía a Elizabeth, su madre e imaginaba a un bebé, pero cuando salía de ahí la agonía era insoportable, por eso cuando volvió a la realidad del oscuro cuarto, ya estando solo, abrazó la ropita de su hijo, preguntándose si en el más allá lo podría conocer, al menos para saber cómo hubiese sido si hubiese vivido. Había caído en cuenta que él no podía ir al mismo lugar donde estaban Elizabeth, su madre y su hijo, seres buenos a diferencia de él, pero se conformaba con unos segundos verlos, antes de ser mandado al infierno.
Sacudió la cabeza, negándose a ser débil. No ahora, solo luego matar a los culpables de haber matado a su familia y Carlota Hanthawer-Golla era el conducto. Tenía que pedir al señor Hall más información de ese reino para saber convencerla de que le diese hombres y armas.
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Su reina por derecho (LIBRO 2. Trilogía Reino de Baulgrana)
FantasyWilliam y Elizabeth esperan la llegada de su hijo con ilusión, pero los enemigos del rey harán peligrar la felicidad que tiene junto a su esposa y su madre en el reino. Inevitablemente estallará una guerra donde William tendrá que dejarlas solas, si...