Luego del momento de emotividad Elizabeth quiso la explicación sobre cómo su esposo estaba allí y quienes habían sido los hombres que habían atacado el palacio, entonces William avergonzado suspiró, con Elizabeth, entendiendo al ver su expresión y analizar su ropa parecida a lo de los guardias del palacio, lo que había pasado en realidad, mientras su suegra, quien seguía en el cuarto con Duncan quien la tenía abrazada por el abdomen, les dijo a ambos que se retiraría a llevar al niño con su familia.
—Dios, eres William el hijo de Beatriz y esposo de Elizabeth. Ambas me han hablado de ti.—le dijo él niño a William—.Eres verdaderamente gigante.
—Sí, soy el mismo ¿Y tú quién eres pequeño? —preguntó William sintiendo simpatía por el niño que lo miraba como si fuese una especie de Dios.
—Es el hijo del rey Darcy—le respondió Beatriz y William miró a su madre, muy avergonzado de que pudiesen haber agarrado a tan tierna criatura—Se escondió con nosotras cuando entraron aquellos barbaros, que ya la guardia de su padre atrapó. —agregó Beatriz con énfasis para que él le siguiese la corriente y el niño no supiese que él, en realidad había sido el comandante de esos barbaros.
—Oh sí, fue lo mejor—contestó William y se dirigió al niño—Un gusto conocerte pequeño.
—El gusto es mio, cuñado. —le respondió el mismo sonriendo tímido—Como Elizabeth es mi hermana, somos familia.
—Un gusto, cuñado entonces—respondió William algo extrañado de esta nueva situación de Elizabeth, quien le dirigió una mirada dulce al hermanito teniendo cargada a la bebé, entonces se sintió aliviado cuando su madre se llevó al pequeño, quien se veía muy contento con ella. Su madre siempre lograba que los infantes se le pegaran y esto siempre le había provocado punzadas en el corazón, recordando su niñez antes que lo apartaran de sus brazos.
—Fuiste tú el que atacaste el palacio ¿no? —Le dijo Elizabeth, al quedarse solos, mientras llevaba a la cama a la bebé para sacarse el pezón y darle de comer. El miró la escena enternecido, al tiempo que contestaba, sentandose tambien en la cama, oliéndole la cabecita a la niña:
—Lo siento corazón, todo este tiempo he pensado que estaban muertas y vine a vengarme del viejo.
—¿Lo lastimaste? —se alarmó Elizabeth, provocándole a William aquellos celos del pasado de cuando la veía muy pendiente de ese viejo en Baulgrana, sentimientos que ahora que sabía los que los unía, eran absurdos.
—No, afortunadamente mis hombres tambien agarraron a mí madre y no pasó a mayores mi ataque, luego de verla. —explicó.
—Oh dios William ¿Qué fue lo que hiciste exactamente?
Él suspiró y contó:
—Amarré y amordacé a Helena y Héctor, para matarlos frente a la cara de su padre. Gracias a Dios mis hombres no encontraron a tu hermanito pequeño. Mi plan era matarles a todos sus príncipes al viejo, sin imaginar que tu tambien eres una de sus princesas.
—¡William! —exclamó agudamente Elizabeth.
—Ya te dije que pensé que estaban muertas porque él las había ejecutado luego de raptarlas en Baulgrana, no sabía que vivían y que eras hija del rey. —se defendió él, abrumado—Por cierto ¿Cómo está eso que es tú padre? No entiendo nada. En convento cuando mandé a averiguar sobre ti dijeron que tu padre te había rechazado.
—No fue así, pero es una larga historia—contestó Elizabeth aun no muy familiarizada con la idea de tener un padre y de saber cómo fue que la arrancaron de su lado. De todo se había enterado la noche que el rey Darcy las fue a buscar al granero donde se escondían. Él no había ido a matarlas como pensaron, si no a buscarla porque se acababa de enterar que era una de sus hijas. No sabía muy bien como se había enterado él, pero la responsable de todo había sido su abuela, quien ya había sido ejecutada por traición. Ahí Elizabeth había entendido porqué la señora reaccionó así, la tarde que fue a buscar a Duncan en la cabaña. Ella la había reconocido y fue la que le robó el rosario, porque esa pieza era la clave de todo, según el rey Darcy.
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Su reina por derecho (LIBRO 2. Trilogía Reino de Baulgrana)
FantasyWilliam y Elizabeth esperan la llegada de su hijo con ilusión, pero los enemigos del rey harán peligrar la felicidad que tiene junto a su esposa y su madre en el reino. Inevitablemente estallará una guerra donde William tendrá que dejarlas solas, si...