2. La entrevista

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Canción: Anathema - Angelica


I

—No era necesario hacer todo eso.

Brad bebió más agua y continuó con el calentamiento de voz mientras rasgaba suavemente una guitarra acústica. Siempre que Charlie se decidía a molestar lo hacía en serio, llevaba horas hablándole sobre la joven a quien había tirado al suelo y amonestándolo por tratarla de la manera en como lo había hecho. Pero esa joven le había inspirado una confianza agradable para bromear con ella, le había encantado verla sonrojarse y sonreír apenada; su reacción cuando él decidió coquetear le satisfizo, la chica simplemente se había paralizado sin encontrar la manera de zafarse de esa situación, había vuelto a balbucir y a hablar rápido combinando palabras en español con inglés.

Justo cuando él había pensado que esa joven, llamada Angélica, no se presentaría entre los seguidores para pedir autógrafo ella estaba allí platicando ya con su hermano Matt. Le había agradado verla. Tal vez se demoró por sentirse avergonzada, o tal vez no, ya que ella era quien tomaba fotografías, tal vez debía trabajar primero y después acercarse a ellos. Era una lástima no haberla visto después de eso. Muchos chicos con playera de "Staff" presenciaban el ensayo, pero entre estos no se encontraba ella.

—Brad —insistió su hermano.

Brad dejó de cantar y miró a Charlie, él llevaba el cabello corto, solo algunos rizos castaños ya comenzaban a notarse. Charlie siempre había llevado el cabello a la altura del hombro y casi siempre se lo recogía en una coleta; hasta hace poco se había cortado el pelo y su rostro se notaba aún más alargada. Sin cabellos que oculten el rostro Brad podía distinguir con mucha claridad los gestos de su hermano mayor. En ese momento Charlie estaba enojado.

—¿Vas a regañarme porque decidí tontear con una de mis seguidoras?, si de pronto decido dormir con una, ¿también vas a regañarme?

Charlie lo dejó hasta allí, miró hacia una guitarra que tenía sobre una de las bocinas y la tomó, comenzó a afinarla. Brad tenía razón, él se estaba metiendo con su vida personal, de modo que no contestó a eso y continuó trabajando antes de que todos allí se percataran de que la relación con su hermano más chico estaba un poco sensible. Pero esa joven le había parecido agradable, de alguna manera como si la conociera de años, tal vez no la había visto nunca en su vida pero le inspiraba un sentimiento de afecto, o como si él necesitara ayudarla; bien, no ayudarla en el sentido de que pareciera algo así como un perrito bajo la lluvia, sino que ella tenía algo que hacía emerger su lado paternal. Y era muy extraño; nunca había sentido algo así con una desconocida. Quizá extrañaba a Tara, su pequeña hija de tres años.

Brad volvió a interpretar la canción Wish you were here, de Pink Floyd, con una guitarra acústica; Charlie comenzó a seguirlo con su propia guitarra y ambos crearon una interpretación bastante buena, le gustó a los jóvenes que se encontraban trabajando y que habían dejado de hacer sus tareas para corear a Brad. Charlie se percató de eso y llamó la atención de su hermano, que daba la espalda al público mientras tocaba un solo en guitarra.

—Hey, Brad. Tenemos público, será mejor que les hagas caso.

Brad se volvió hacia los jóvenes y comenzó a animarlos a que se acercaran; con palabras como "vamos" y "canten" los incitó a que lo siguieran. Casi al final de la canción ya eran muchos los que escuchaban atentos o que cantaban a la par que ellos. Incluso algunos grababan ese momento con sus teléfonos.

—Gracias —dijo Brad, usando su poco español aprendido en los otros países hispanos—, son grandes.

Y les aplaudió. Los chicos hicieron lo mismo.

Rojo Amanecer ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora