4. Cuatro puntos

9K 633 19
                                    

Canción: The Rolling Stones - Angie


En el camino de regreso pasaron por la avenida Paseo de la Reforma. Todo el camino habían estado muy serios y nadie hablaba, nadie hasta que Amy, quien observaba atentamente a través de la ventanilla, exclamó bastante emocionada el nombre de una editorial que alcanzó a reconocer. Se encontraba escrito en un letrero que pendía del techito de una carpa blanca. Se acomodó en el auto de tal manera que quedara al lado de Matt y detrás de Angie, quien había vuelto a ocupar el lugar de copiloto.

—Angie, ¿por qué hay varias tiendas con los títulos de las editoriales? ¿Es una especie de exposición?

Angie miró a través del muy polarizado vidrio, pero decidió mejor bajar la ventana.

—Ah, sí, es la "Feria del libro" —contestó en español, luego tradujo—. A book fair. Se colocan muy seguido allí. También está una exposición de alebrijes.

—¿Y qué eso?

—¿Los alebrijes? Son figuras fantásticas con diferentes formas y colores. Están hechos de varios materiales, desde cartón hasta papel reciclado. Son esculturas muy grades.

—Oye, Angie ¿sería posible que me acompañes mañana antes de que deba ir al ensayo para ver la exposición?

—Claro que sí. ¿A qué hora va a ser el ensayo?

Ambas mujeres llevaron sus miradas hacia el fondo del automóvil donde se encontraban Charlie y Brad. El mayor de los hermanos sonrió y bromeando les dijo:

—Va a ser desde las nueve de la mañana, Amy. No vas a poder.

—Bah, no seas huraño. Ya te estás poniendo viejo —Le dijo Brad—. Además yo también quiero ir. Regresaremos temprano, no creo que nos quite mucho tiempo.

Amy sonrió alegre de que Brad también se incluyera. Angie no compartía la misma alegría que ella aunque sonrió de todas maneras.

—Yo no voy a poder acompañarlos —arguyó Charlie—, tiene que quedar ese Vocoder, o de otra manera deberás ensayar otra canción o tocarla en acústica como manera novedosa.

—Ni me preocupo por eso, si quieres que la tenga en acústica, lo hago —dijo Brad, honesto. Se encogió de hombros.

—¿Y a qué hora piensas practicarla?

—Hoy antes de dormir, lo prometo.

Charlie suspiró derrotado.

—¿Matt, irás con ellos? —preguntó.

—Si me invitan —murmuró el aludido.

—Ya está —dijo Amy, aplaudiendo totalmente contenta—. Iremos los cuatro.

¡Por Dios!, pensó Angie. Caminaría por Paseo de la Reforma al día siguiente con Amy y los gemelos de Bloody Sunrise. ¿Por qué aquello no le gustaba del todo?

Después de que le prometieran que ese paseo se realizaría Amy se abrazó a Matt; su primo permitió que ella se recostara en su hombro y también la abrazó.

La avenida no quedaba muy lejos del hotel y podían salir sin necesidad de ir en coche, pero sería una larga caminata si decidían ver todos los puestos y todos los alebrijes. Tal vez no tendrían mucho tiempo para ello. Los puestos se acomodaban desde temprano hasta aproximadamente las ocho de la noche, o antes. Las editoriales aprovechaban esta oportunidad para vender saldos, incluso realizaban muchos descuentos en libros que se vendían poco por ser caros. También estaban las cosas populares, claro. Pero no sabía si pudiera encontrar libros en inglés, tal vez sí, pero dudaba que encontraría muchos o variados. Quizá solo sería una oportunidad para poder salir y caminar un rato, ver la mercancía solía ser algo entretenido, además de que no solo se solía vender libros, también aprovechaban otros vendedores para llevar sus productos artesanales como separadores de todos los tipos, éstos siempre eran muy creativos.

Rojo Amanecer ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora