12. Hasta pronto

9.7K 546 11
                                    

Canción: Iyeoka - Simply Falling


I

Las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México estaban atestadas de gente, siendo domingo a las cuatro de la tarde eso era normal, así le había explicado Angie.

En un callejón se toparon con varios jóvenes que tocaban la canción "While My Guitar Gently Weeps" de The Beatles. No lo hacían tan mal, pero podían ser mejores; tal vez se intimidaban por la gran cantidad de gente que los rodeaba. Angie se detuvo para observar un poco; sin embargo, para conseguir ver algo necesitaba brincar, de modo que él la tomó de la mano y se abrieron paso entre la demás gente hasta que pudieron llegar al frente. Se trataba de adolescentes, no tendrían más de dieciocho años. Brad inmediatamente se sintió identificado con esos chicos, recordó cómo se sentía tocando la guitarra al fondo mientras su hermano Charlie cantaba algunas canciones de Pink Floyd o de The Beatles para divertir a un público que se hacía cada vez más grande con el paso de los días. Él solía ser el chico tímido que no podía enfrentar a ese público por algún temor irracional. Charlie siempre le pedía que se permitiera cantar, siempre alababa su voz que y terminó convenciéndolo; pero desde el principio él no quería hacerlo, no se sentía con esa gran valentía para cantar frente a mucha gente, y aún seguía teniendo miedo, muy a pesar de todo.

—Cantan bien, no lo hacen tan mal. ¿Qué opinas? —dijo ella.

—Son buenos —contestó Brad, lo decía en serio.

Uno de los muchachos hizo una seña a otro que llevaba la playera del concierto de Bloody Sunrise, los dos vieron cuando el muchacho se volvió hacia donde el otro señalaba. Brad sonrió y miró a Angie, ella tenía una expresión serena, pero se mantenía a la expectativa. Los chicos continuaron tocando, ahora ya más emocionados así que cometieron varios errores. Era lógico, conocían a Brad y ahora estaban intimidados.

—¿Crees que deberíamos irnos? —preguntó Angie.

—No, si lo hacemos podríamos ofenderlos. Me quedaré un poco para que puedan acercarse a mí si lo desean.

Así fue, cuando terminaron la canción el chico de la playera de Bloody Sunrise se acercó a ambos. La gente comprendió esa pausa como el final del concierto gratuito así que comenzaron a dispersarse. El chico no hablaba inglés así que se dirigió a Angie y le preguntó si ella podía traducir. Angie ahora como traductora le dijo a Brad:

—Dice que fue a tu concierto y que le pareció muy bueno.

—Oh, pues muchas gracias —Brad se dirigió al chico directamente aún hablando en inglés, Angie tradujo casi a la par que él hablaba—, también disfruté mucho de ese momento. Agradezco también la porra o lo que cantaron para nosotros.

—Ah, "oee oe oe oe", sí —dijo el chico—. Lo hicimos precisamente porque nos encantó el concierto y fue una manera de decirles que nosotros los apoyamos mucho a ustedes.

Los demás se comenzaron a acercar después de colocar en el piso sus instrumentos.

—Gracias, de verdad —dijo Brad, después de que Angie tradujera.

—No pensamos que te encontraríamos aquí —mencionó uno de los otros jóvenes—. ¡Qué suerte tenemos!

—Creo que los vi en la firma de autógrafos, se me hacen conocidos —comentó Brad.

—Sí, estuvimos allí también —dijeron casi a la vez.

—¿Te gustaría cantar con nosotros? Sería como un sueño —propuso uno de los chicos, se notaba muy emocionado, tanto que fue impulsivo.

Rojo Amanecer ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora