13. Decisiones

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Canción: Anathema - Untouchable, Part 2


I

La caminata que debieron realizar hacia la salida fue casi en silencio. Brad no soltó la mano de Angie.

No sabía como abordar el tema que necesitaba. Cómo pedirle ir con ella a Acapulco sin que lo tome a mal. Tal vez Matt tenía razón y Brad estaba actuando como un tonto. Quizá únicamente necesitaba ser directo: "Oye, Angie, sería una buena idea ir contigo a Acapulco, te gustaría ¿verdad?". O tal vez no.

Mientras intentaba planear el abordaje Angie se detuvo para mirar hacia otra salida, jaló a Brad hacia un mapa y lo revisó. Él simplemente esperó un poco a que ella decidiera algo. Tal vez sería bueno invitarla a cenar o...

—Mmm, a mí me conviene regresar en Metro —murmuró.

Brad no supo a qué se refería con que a ella le convenía de esa manera, ¿se refería a llegar a su casa? Ups, estaba pensando en ya irse.

—¿Cuál es la prisa? —dijo él, esperando que ella cambiara de opinión.

—No hay prisa —respondió.

—¿Aún tienes más tiempo libre?

Ella se encogió de hombros. Luego contestó:

—No gasto mucho tiempo haciendo el equipaje para mañana, pero me iré muy temprano.

—¿A qué hora debes salir?

—El autobús sale a las nueve, mínimo deberé salir a las seis y media porque el transporte público es la muerte por la mañana.

—Hum, todo el transporte público es la muerte en horas pico.

—Sí, lo es. ¿Y tu vuelo a qué hora sale?

Oh, debía pensar en alguna pequeña mentira ahora. ¿O debía optar por la verdad? ¿Cómo decirlo? Bah, en fin.

—No me guardaron la reservación, me dijeron en el momento en que fui a pagar que mi boleto se había vendido ya porque se pasó del tiempo. Debí comprarlo antes.

Eso ya le había sucedido en alguna ocasión, no en ese momento, pero ¿qué importaba cuando?

—¿Cómo? —Angie estaba enojada, no con Brad, con el servicio del que él se quejaba sin sentido.

—Ya no importa, supongo tendré que quedarme en México por una semana porque el boleto que sí compré saldrá el sábado por la noche.

—Brad, no puedes simplemente cruzarte de brazos. Ya es la segunda vez que...

—Angie, no te preocupes —interrumpió él, sonreía para tranquilizarla—. De verdad está bien. Todo lo que me pasa y los errores que cometo son precisamente porque no hago bien la planeación de mis vuelos. Este fue un error mío, conozco las políticas de la empresa. Llevo años haciendo uso del servicio. No voy a culpar a alguien más por algo que yo hice mal.

¿Qué podía decir ella entonces? Nada.

—¿Vas a estar tú solo toda la semana? ¿Qué vas a hacer?

—No tengo idea. Pero ya veré.

Brad esperó, tal vez fuera ella quien se animara a pedirle acompañarla, eso era mejor que auto invitarse.

—¿Y no hay forma de que busques en otra empresa?

Diablos, sí, naturalmente había más vuelos hacia Nueva York.

Rojo Amanecer ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora