20. Tercera oportunidad

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Canción: Ray LaMontagne - Roses And Cigarettes


I

—La verdad —comentó Jari, tras encender su cuarto o quinto cigarro consecutivo— es que las cosas que te pasan son buen material de inspiración. ¿Puedo sacar una canción de tu experiencia?

—Mientras no expliques cómo se te ocurrió.

—Y otra cosa que no puedo entender. —Jari dejó su cigarro en el borde del cenicero para tomar su vaso, lo agitó un poco haciendo sonar los hielos; ya habían continuado ahora con un whisky— ¿Cómo fue que nunca usaste condones más que en una sola ocasión? ¿Acaso eres más idiota de lo que ya me diste a entender? ¿Por qué le creíste que usaba implante?

—Confié en ella.

—De verdad eres retrasado mental.

—El hecho de que a ti te haya sucedido no significa que a mí también.

—Seguramente ella ha de estar felizmente embarazada. Y quien sabe, tal vez sean gemelos.

Brad encendió otro cigarro, siempre que se encontraba con Jari terminaba fumando a la par que él. Ya le había pedido que buscara algún tipo de ayuda para dejar de fumar, pero Jari necesitaba más intención de la que tenía.

—Por cierto, ¿cómo está Caro?

Caroline era la hija de tres años de Jari. La madre de Caro era una mujer francesa que solamente durmió con él por algunos días, Jari no sabía que la única intención que ella tenía era de quedar embarazada. Él regresó un año después, habiendo intentado comunicarse con ella todo ese tiempo, sólo para percatarse del verdadero motivo por el cual ella no contestaba ninguno de sus mensajes. La vio a ella con un bebé en brazos en un parque, se acercó y fue así como se vio reflejado en esa niña. Caro es idéntica a él.

—Está muy bien, su mamá ya accedió a que me la llevara por algunos meses de paseo.

Claro, Jari había tenido que recurrir a varios abogados y manipulación para que ella aceptara darle la paternidad que le correspondía. Él estaba totalmente dispuesto a crear incluso un gran escándalo con tal de que ella le permitiera pasar tiempo con su hija, quien por cierto lo adoraba.

—No te mentiré, Jari. Me encantaría tener hijos. Como sea. A mí me daría muchísimo gusto saber que Angie está embarazada, pero lo dudo, se notaba bastante decidida a que eso no sucediera.

—¿Por qué no la buscas? Escuché que Charlie quiere contratarla como fotógrafa. He visto sus trabajos, es muy buena. Si ustedes no la contratan lo haré yo. Seguramente se hará un buen camino y no sólo nosotros terminemos recurriendo a ella, quizá será bastante pedida.

—Ni siquiera sé a qué espera Charlie. A menos que no esté esperando y en cualquier momento se decida a llamarle.

—Eso significa que tú también tendrás que trabajar con ella.

II

—¡Y ni siquiera está embarazada!

La exclamación fue fuerte, pero no necesitó gritar para darle el peso que necesitaban sus palabras. La madre de Angie llevaba varios minutos regañando a su hija mientras platicaba con Natalia, ella estaba bastante descontenta porque su hija "había perdido el tiempo" en lugar de aprovecharse de Brad y tomar ventaja de la situación.

Natalia simplemente sonrió sin saber bien qué hacer, continuó cortando en rodajas las zanahorias que formarían parte del guiso que se serviría más tarde. Angie caminó hacia la mesa donde estaba su mamá y la amonestó por continuar regañándola.

Rojo Amanecer ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora